En un artículo publicado el día de hoy, el diario presenta las historias de dos mujeres que fueron violadas, y mientras una quiso tener al niño, “la otra optó por borrar la herida del abuso", palabras del diario para decir que abortó. Así mismo, como conclusión afirma que “mientras algunos velan por la protección de la vida de los seres que se gestan en el vientre de las mujeres, otros alegan el derecho a la protección de ellas”.
Esto, sin embargo, es desmentido por el mismo testimonio que presentan, pues en él la victima reconoce que el aborto ni ‘borró sus heridas’ ni le representó ningún tipo de protección: “Aborté y me devolví a Manizales. Entré en depresión, no por lo que hice, sino porque había dos tipos libres que me tenían amenazada si los denunciaba. Nunca lo hice y ellos jamás pagaron por lo que me hicieron”. Por el contrario, el hecho de que ninguna de las dos víctimas haya denunciado judicialmente a los agresores, lleva a preguntarse si no será que el uso de la violación como caballo de batalla para la promoción del aborto, está encubriendo el problema de impunidad que hay en el caso de este delito.
Celebramos que se dé a conocer en los medios masivos la labor tan importante de fundaciones como Vida en Misericordia, que trabajan incansablemente por tender una mano a las madres embarazadas cuando estas más lo necesitan.
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