La Corte Constitucional se manifestó sobre el caso de Sergio Urrego, el muchacho homosexual que desgraciadamente acabó con su vida, no por ser discriminado por su “orientación sexual”, sino por las arraigadas tendencias suicidas que padecía desde hace años.
Sin embargo, la Corte Constitucional encontró la oportunidad de crear un caso paradigmático para legitimar y forzar cambios en los centros educativos, escogiendo un “villano” para convertirlo en el centro mediático (la rectora de la institución), y solidarizarse con una “víctima mortal” de la ética cristiana que se enseña en la mayoría de los colegios del país, Sergio Urrego.
Esta es la dinámica política que han utilizado alrededor del mundo los lobbies LGBT, para marcar un precedente y lograr sus conquistas ideológicas.
El “villano” (la rectora), que solicitó atención psicológica al joven, por sus reiteradas tendencias suicidas, y citó a sus padres para ayudarle a corregir sus comportamientos de connotación sexual en las aulas de clase con su compañero sentimental del mismo sexo, sería en este caso el responsable del suicidio.
No nos dejemos engañar, en éste caso hay muchas víctimas: Sergio Urrego, su familia, el colegio y la rectora.
Y sólo un ganador: la comunidad LGBT, que crece y gana poder, alimentándose del dolor ajeno.
La tutela fue presentada por la madre de Urrego (después de cometido el suicidio) solicitando declarar que hubo una discriminación contra su hijo y violación al debido proceso, ya que se había calificado como grotesco, un beso por haber sido con su pareja del mismo sexo. (Está probado que las manifestaciones de afecto no se redujeron al beso fotografiado sino a una serie de actos con connotación sexual en los salones de clase.)
La respuesta de la Corte a la tutela, que se da en un tiempo récord de nueve meses, se extralimita porque termina legislando de manera general, modificando todos los manuales de convivencia y proyectos educativos institucionales, esencia de la libertad educativa, cuando sólo debía resolver un caso particular.
De esta forma, obliga a TODOS los colegios del país a cambiar sus manuales de convivencia y proyectos educativos institucionales, para que se presenten las conductas homosexuales como modelos moralmente aceptables, supuestamente con el fin de proteger los “derechos sexuales y reproductivos” de los niños y los jóvenes.
Por otro lado, la Corte nos quita a los padres de familia, la PATRIA POTESTAD de nuestros hijos, afirmando que hubo violación del derecho a la intimidad de los jóvenes por parte del colegio, por haber citado a los padres de familia para informarles de la relación sentimental que tenían sus hijos y pedirles que los orientaran en su comportamiento.
Como si los padres, no tuviéramos el derecho y el deber de hablar con nuestros hijos de sus relaciones afectivas, y orientarlos, aun cuando éstas fueran de naturaleza homosexual; como si los hijos tuvieran que liberarse de la opresión de unos padres que sólo buscan su bien.
Por supuesto, ningún padre se opondrá a que le enseñen buenas maneras a sus hijos: respetar a los mayores y las leyes, conocer nuestro sistema político, etc.
Pero la Corte no pretende eso. Pretende aprovechar el ‘caso Urrego” para meterse en las aulas y adoctrinar a nuestros hijos en la ideología de género.
A saber:
- No se nace hombre o mujer; eso son categorías que se otorgan por roles y construcción social
- Todas las orientaciones sexuales son igualmente válidas mientras te hagan sentir bien contigo mismo
- Si quieres mostrar cariño y afecto, debes hacerlo. No importa que estés en la escuela
- Ningún adulto debe impedirte que muestres tus afectos en público; violaría el libre desarrollo de tu personalidad
Esto es lo que pretenden para nuestros hijos. ¿Lo vamos a permitir?
Yo no… y estoy dispuesto a dar UN PASO AL FRENTE por mis hijos y por todos los niños de Colombia.
Obviamente se violaría la patria potestad y el derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales y religiosas. Pero también violaría la libertad educativa al meterse en el ámbito de la ordenación escolar. Incluso violaría la libertad religiosa al imponer su ideología sobre los centros de orientación cristiana.
Escribe a los magistrados y pídeles que se abstengan de semejante atropello.
Estimados Srs. magistrados:
Sé que están estudiando la nulidad de la tutela del caso Sergio Urrego, quien lamentablemente terminó suicidándose debido a su compleja situación familiar y personal.
También sé que el Lobby Gay quiere aprovechar el caso Urrego para forzar algunos cambios en el ámbito educativo como modificar los manuales de convivencia y los proyectos educativos institucionales.
Les pido que anulen los numerales tercero y cuarto de la T 478 de 2015. Su función no es legislar ni limitar las libertades de enseñanza, pensamiento y conciencia, sino resolver si en el caso concreto de Sergio Urrego existió daño o no a su derecho al buen nombre.
De no rectificar esta terrible sentencia se estarían violando además la patria potestad, la libertad educativa y la libertad religiosa.
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