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domingo, 2 de marzo de 2014

Gobierno sigue presionando vacunación contra el VPH a pesar de los posibles efectos secundarios

El diario El Tiempo informa que padres y alumnos en seis colegios de Usaquén, en Bogotá, se están resistiendo a que se les aplique la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano, pues no quieren exponerse a los posibles efectos secundarios de la vacuna. Pero el Ministerio de Salud insiste en que los temores son infundados y que debe seguirse aplicando la vacuna.

El Ministerio de Salud ha salido a defender la vacuna y a afirmar que no existe respaldo científico alguno a las acusaciones. Otro tanto hace el director del Instituto Nacional de Cancerología. Sin embargo, tales afirmaciones no dan cuenta de las múltiples denuncias que salen a la luz continuamente desde todos los países del mundo. En Estados Unidos se han contado más de 26.000 denuncias por efectos secundarios de la vacuna.

Esta actitud del gobierno colombiano contrasta abiertamente con la adoptada por el gobierno japonés, que a mediados del 2013 dejó de recomendar la vacunación contra el VPH aunque no le retiró la autorización. La determinación se tomó luego de que 38 receptoras de la vacuna denunciaron sufrir un dolor severo prolongado luego de la aplicación y se constituyó un panel de expertos para estudiar el caso. El informe presentado por el panel, encontró que no había sido posible descartar la ausencia de nexos entre la vacunación y los síntomas, por lo que recomendaron la suspensión de las vacunaciones.

Todos parecen coincidir en que no hay estudios científicos suficientes como para afirmar o descartar la relación causal entre la vacuna y los efectos denunciados. Sin embargo, mientras en Japón el gobierno opta por la prudencia y no expone a sus habitantes al riesgo de sufrir daños graves a su salud, en Colombia se opta por desoír las denuncias argumentando que son un porcentaje ínfimo de las vacunaciones, y aduciendo también motivos económicos, pues el gobierno ya compró 5 millones de dosis por un total de 80 millones de dólares,

“Necesitamos terminar la jornada este año. El Gobierno ha hecho unos esfuerzos significativos, tanto económicos como operativos, para alcanzar una de las más altas coberturas de vacunación contra el VPH en el mundo”, dijo el viceministro de Salud, Fernando Ruiz.

Sin embargo, no hay que dejar pasar el hecho de que a finales del año pasado, la Comisión Regional de Conciliación e Indemnización de Accidentes Médicos de Bordeaux, encontró una relación de causalidad entre la vacuna Gardasil contra el VPH y la neuromielitis que llevó a la joven Marie-Océane Bourguignon a padecer episodios de ceguera y a que actualmente se encuentre parapléjica. La denuncia coincide con la de Mika Matsufuji en Japón, o Naomi Snell en Nueva Zelanda, quienes también denunciaron esclerosis luego de la vacunación.

La vacuna contra el VPH no ha dejado de estar rodeada de polémica. Ya en 2008 el New York Times denunciaba las presiones de las farmacéuticas Merck y GlaxoSmithKline para que los gobiernos implementaran jornadas agresivas de vacunación, a pesar de que los estudios para probar su seguridad y efectividad apenas habían comenzado hacía seis años. Según la Dra. Diane Harper, Merck hizo una campaña gigantesca de presión entre políticos, sociedades médicas, organizaciones de mujeres y medios de comunicación para crear una sensación de pánico alrededor del VPH. En febrero de 2013, un estudio del Laboratorio Milford en Connecticut, encontró rastros del ADN viral del VPH en el componente principal de la vacuna. El pasado 20 de diciembre de 2013, la farmacéutica Merck tuvo que recoger del mercado todo un lote de la vacuna Gardasil por contener partículas de vidrio, producto de un accidente en la línea de producción.

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