El hospital Fundación Valle del Lili en el Valle del Cauca ha anunciado la apertura de “ la primera clínica de género en Colombia para niños y adolescentes”. En esta unidad de la clínica, practicarían tratamientos de bloqueo hormonal a los menores y las cirugías de mutilación genital, comúnmente llamadas “cambio de sexo”.
Según su director, el doctor Mario Angulo, esta iniciativa responde “a una necesidad médica, no a una ideología o religión. Es un problema médico con suficiente evidencia”. Según del doctor Angulo, la clínica tiene expertos que le ayudarán a los niños y jóvenes encontrar si se está ante un “niño transgénero”, y de ser así, ayudarle a hacer una transición social, para posteriormente, de ser confirmada esta identidad por el paciente, bloquear su pubertad para que no se convierta en el cuerpo “no deseado”.
Sin embargo, la evidencia médica apunta a una fuerte tendencia de insatisfacción con el “cambio de sexo”, y de problemas psicológicos que no se resuelven con el procedimiento quirúrgico. El doctor Miroslav Djorjevic, uno de los mayores expertos de cirugía de reconstrucción genital ha denunciado el aumento de consultas de varones arrepentidos por la cirugía, que luego de amputación de sus genitales masculinos han caído en depresión y hasta han tenido pensamientos suicidas. El aumento coincide con que la edad media de sus pacientes han bajado de los 42 a los 21 años.
Por otra parte, en una declaración el Colegio Americano de Pediatras deploró que se someta a los menores de edad a tratamientos hormonales y de “cambio de sexo”, pues “La pubertad no es una enfermedad, pero el bloqueo de las hormonas de la pubescencia puede ser muy peligroso. Bloquear este tipo de hormonas durante la pubertad induce un estado de enfermedad, es decir, provoca la ausencia de pubertad, inhibiendo el crecimiento y la fertilidad de un nino que, antes del proceso, era biológicamente sano.”Además “Según el Manual de Diagnósticos y Estadísticas de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-V), el 98% de los varones y el 86% de las mujeres que durante la infancia confunden su género, finalmente aceptan su sexo biológico tras pasar por la pubertad.”
El Colegio de Pediatras recuerda que “Los ninos que utilizan bloqueadores de la pubertad para realizar un cambio de sexo, necesitarán hormonas del sexo opuesto durante una adolescencia tardía. La utilización de las hormonas sexuales como la testosterona y los estrógenos del sexo opuesto conllevan riesgos peligrosos para la salud. La ingesta de hormonas puede provocar presión arterial disparada; coágulos de sangre; accidentes cerebrovasculares y cáncer.” y que “Las tasas de suicidio son veinte veces mayores en los adultos que usan hormonas del sexo opuesto y/o se someten a una cirugía de cambio de sexo.”
¿Puede hablarse realmente de una “necesidad médica”? Según el Dr. Djorjevic, la razón principal para la proliferación de los tratamientos de “cambio de sexo” es el dinero. “He oído historias de personas que acudían a quirófanos de los que sólo se comprobaba si tenían dinero para pagar. Tenemos que parar esto” Un diagnóstico similar ofrece el Colegio Americano de Pediatras: “Condicionar la educación de los ninos haciéndoles creer que la suplantación del sexo biológico mediante cirugías y productos químicos es algo normal y saludable es abuso infantil. Endosar la ideología de género de forma generalizada y a través de la educación pública y de los políticos confundirá tanto a ninos como a padres, lo que provoca que cada vez más ninos acudan a las “clínicas de género” para recibir medicamentos químicos que bloquean las hormonas pubescentes.”
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