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miércoles, 14 de enero de 2015

¿Qué quiso decir el cardenal electo, José de Jesús Pimiento sobre el “matrimonio” gay?

El sábado pasado, Mons. José de Jesús Pimiento que ha sido elegido por el Papa Francisco para ser nombrado cardenal, a pesar de su avanzada edad, fue entrevistado por la Revista Semana. En esta entrevista, la revista preguntó al cardenal sobre su opinión respecto del “matrimonio” gay, y su respuesta, confusa, nos ha dejado perplejos:

SEMANA: ¿Qué opina del matrimonio gay?
J. J. P. : La legislación civil comete muchos disparates. Lo que establecieron el Señor y la naturaleza no tiene cambio. El matrimonio homosexual es una unión que se puede tolerar, pero no es matrimonio.

¿A qué se refiere el cardenal al decir “el matrimonio homosexual es una unión que se puede tolerar”? ¿Es posible tolerar un “disparate” como pretender cambiar “lo que establecieron el Señor y la naturaleza”? Creemos que puede tratarse de una mala interpretación de la respuesta por parte del periodista entrevistador.

Por lo pronto veamos qué es lo que dice el magisterio de la Iglesia sobre la posibilidad de “tolerar” uniones homosexuales.

“Optar por una actividad sexual con una persona del mismo sexo equivale a anular el rico simbolismo y el significado, para no hablar de los fines, del designio del Creador en relación con la realidad sexual. La actividad homosexual no expresa una unión complementaria, capaz de transmitir la vida, y por lo tanto contradice la vocación a una existencia vivida en esa forma de auto-donación que, según el Evangelio, es la esencia misma de la vida cristiana. Esto no significa que las personas homosexuales no sean a menudo generosas y no se donen a sí mismas, pero cuando se empeñan en una actividad homosexual refuerzan dentro de ellas una inclinación sexual desordenada, en sí misma caracterizada por la auto-complacencia.

Como sucede en cualquier otro desorden moral, la actividad homosexual impide la propia realización y felicidad porque es contraria a la sabiduría creadora de Dios. La Iglesia, cuando rechaza las doctrinas erróneas en relación con la homosexualidad, no limita sino que más bien defiende la libertad y la dignidad de la persona, entendidas de modo realístico y auténtico.” Congregación para la Doctrina de la Fe, 1986.

“La Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad. Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad. La Iglesia no puede dejar de defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad.” Congregación para la Doctrina de la Fe, 2003

Así pues, queda visto que según la Doctrina de la Iglesia, la unión homosexual, así no reciba el estatus legal de matrimonio, no es tolerable, pues representa un mal intrínseco, tanto para quienes se someten a ella, como a nivel político y social al implicar la aprobación pública de un comportamiento nocivo.

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