El sitio web Razón+Fe ha presentado los documentos que el ex procurador Alejandro Ordóñez ha presentado al gobierno como propuestas y puntos de partida para la renegociación de los acuerdos con las FARC. Se trata de cinco documentos en los cuales se plantean las consecuencias y efectos jurídicos de la victoria del NO en el plebiscito del 2 de octubre, se presentan los puntos inaceptables del acuerdo firmado el 26 de septiembre, que motivaron la victoria del NO en el plebiscito, y se proponen modificaciones sustanciales en temas como Justicia, Victimas, lucha contra la impunidad, familia, infancia y adolescencia.
Los documentos presentados oficialmente al Presidente Santos el día martes, comienzan con el denominado “Hacia un pacto para la paz. Ruta temática para un Acuerdo Nacional”, en el cual recuerda al presidente sus palabras de respetar la decisión del pueblo colombiano, el cual tendría “la última palabra” sobre lo acordado en La Habana, así como lo dispuesto por la Corte Constitucional en la Sentencia C 379 de 2016 en cuanto a que debería renegociarse el acuerdo o hacer uno nuevo, incluso con diferentes partes (otros grupos guerrilleros, por ejemplo), para volver a ponerlo a consideración del pueblo.
Para lograrlo, Ordóñez propone un Acuerdo Nacional que debería comenzar por tratar al menos 32 puntos, agrupados en 7 temas: a) Víctimas, justicia y lucha contra la impunidad; b) Protección de la familia y de los niños. Compromiso con los derechos de las mujeres; c) Democracia y participación política; d) Garantías de no repetición y desmantelamiento del aparato armado; e) Estado de derecho y equilibrio de poderes; f) Seguridad jurídica para el campo, no institucionalización de las FARC en el territorio; y g) Transparencia. Completar los Acuerdos.
Publicamos cinco documentos con las propuestas de Ordóñez en esos puntos, comenzando por el más interesante para los católicos que votamos contra el aborto y la ideología de género el pasado 2 de octubre, el cual propone que se introduzca en el nuevo acuerdo de paz un “Enfoque de Familia”, que proteja a la familia, en su calidad de célula fundamental de la sociedad, frente a las amenazas que representa la ideología “difusa y confusa” de género, que se incluyó en los acuerdos rechazados.
Este documento comienza por denunciar la plataforma económica y política que se ofrece al activismo LGTBI, el cual amenaza 1.) el reconocimiento de la complementariedad biológica entre el hombre y la mujer, la cual está orientada a preservar y promover la vida en el seno del hogar; y 2.) el reconocimiento de la unión entre hombre y mujer como referente para la crianza de los niños.
También denuncia cómo se crean organismos que podrían perseguir como delincuentes a defensores de la realidad natural del matrimonio, ya que varios grupos de activismo LGTBI han aprovechado el nuevo marco penal que permite criminalizar a quienes se resistan a las exigencias de la agenda gay.
Se destaca también que en el acuerdo de La Habana en materia de género, se califica de forma genérica el cuidado y la maternidad como obstáculos para la participación de la mujer.
Se pide un reconocimiento expreso de la familia como víctima de la violencia armada, así como de su calidad de sujeto colectivo de derechos, los cuales se enumeran, y para los cuales se pide que se haga un compromiso para su respeto y garantía.
En especial se destaca el principio de subsidiaredad en la educación de los hijos, de la cual los padres son los principales responsables, se pide respeto para la unión monógama, heterosexual y estable, dejar en claro que no se promoverá el aborto, ya que es una forma de violencia, que las reformas a la educación sexual y afectiva cuenten con participación de la sociedad, que se eliminen expresiones estigmatizantes contra las familias inspiradas en principios religiosos, respeto por la libertad de cultos, de la conciencia, así como que se reconozca a la familia colombiana como un agente de paz y reconciliación.
Ahora nos toca a todos nosotros demostrar por todas las formas posibles, comenzando por nuestra oración, el respaldo del pueblo colombiano a las propuestas de negociación presentadas por Alejandro Ordóñez, en nombre de los que votamos no como una exigencia de nuestras convicciones morales fundamentales.
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