En entrevista con el diario El Tiempo, Mons. Luis Augusto Castro, Arzobispo de Tunja y Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia ha afirmado que la Iglesia reclama un acuerdo pronto, y ha negado que en los acuerdos de paz de la Habana se encuentre incluida la Ideología de Género.
¿Y qué decir frente a la polémica de la ideología de género?
Lo primero que tengo que decir es que no existe dentro de los acuerdos de paz. Las expresiones usadas son otras y el contenido y el contexto del que se quiere hablar allí es el de la mujer que ha sido sacrificada por la guerra y a la que hay que poner atención como una víctima privilegiada. Eso no es ideología de género, eso es una perspectiva que busca favorecer a las mujeres víctimas del conflicto. La ideología de género no tiene nada que ver con eso.
El voto evangélico tuvo mucho peso en el triunfo del ‘No’. Muchos pastores invitaron a votar por el ‘No’ argumentando que los acuerdos de paz implementarían la tal ideología de género y que eso sería destruir la familia. ¿Qué opina?
Me parece muy bueno que las iglesias cristianas no católicas se hayan comprometido fuertemente en todo este asunto de la paz. Ahora, si ellos interpretaron mal el término ‘género’, como pura ideología, era lógico que iban a rechazar los acuerdos. Y junto con eso rechazaron todo el acuerdo de La Habana.
¿Cree que se equivocaron y confundieron a sus fieles?
Lo único que puedo decir es que hicieron una interpretación diferente.
En contra de las declaraciones del arzobispo, la Ideología de Género fue denunciada por el Secretario Adjunto de la Conferencia Episcopal de Colombia para las relaciones con el Estado, Mons. Pedro Mercado Cepeda, en su artículo convocando a las marchas del 10 de Agosto, y Monseñor Libardo Ramírez Gómez, obispo emérito de Garzón y ex presidente del Tribunal Eclesiástico Nacional.
Más aún, la idea de que el “enfoque de Género” se refiere específicamenta a “favorecer a las mujeres víctimas del conflicto”, ha sido desmentida por los mismos miembros de la “subcomisión de género” que redactó la inclusión de tal enfoque:
-¿El enfoque de género de los acuerdos está limitado a la mujer?
El enfoque de género, después de desarrollos increíbles que ha tenido esta manera de leer la realidad, habla de las relaciones de poder que existen en la sociedad. Y no solamente devela las relaciones de poder sino la manera como se comportan y se construyen los géneros dentro de la sociedad. Y la sociedad, al menos la colombiana, ha sido constituida a través de una mirada donde hay dos géneros: femenino y masculino. Esto ha sido producto de una construcción cultural que ha determinado que hay una manera de ser mujer y una manera de ser hombre.
Pero resulta que los seres humanos se comportan de maneras más diversas. Hay múltiples maneras de ser mujer y hombre. Y no una manera hegemónica de serlo. Eso genera debates muy interesantes. Por ejemplo, decir que toda personas humana tienen en sí lo masculino y lo femenino, como parte de su propia dinámica. Ahí aparece una teoría sobre los múltiples géneros; entonces hay mujeres y hombres tradicionales heterosexuales, pero también lesbianas, gays, transexuales, y todas esas formas que hay de ser hombres o mujeres.
Lo importante que aporta la teoría de género es que no hay géneros hegemónicos. Hay una gran diversidad de expresiones frente al género. Esto es muy importante, porque en este proceso de paz, las organizaciones LGBTI también han sido convocadas a hacer parte de la discusión. Eso es demasiado novedoso. Nunca habían sido convocadas a un acuerdo de paz. Así como el eje de las víctimas fue tan importante, en el tema de género son claves las conversaciones no hegemónicas; es decir, no solamente con mujeres, no solamente con hombres, sino que la población en su diversidad ha podido expresar cómo el conflicto la ha afectado y cómo tener acciones afirmativas para que las distintas expresiones de género puedan tener condiciones adecuadas en derechos.
Estas declaraciones coinciden perfectamente con el discurso de Humberto de la Calle, jefe de la delegación de gobierno, en que dejó claro que la concepción de género incluida en los acuerdos iba “más allá de la concepción de género tradicional”. De la Calle ha publicado un escrito en El Tiempo, en que afirma que su declaración “ha sido recortada y malinterpretada”, y que “El enfoque de género corresponde exactamente a los principios constitucionales vigentes. Su única ideología es la Constitución.” Si esto fuera cierto, la inclusión de tal enfoque dentro de los acuerdos sería jurídicamente irrelevante, y su eliminación del acuerdo tampoco debería ser motivo de mayor controversia. Por el contrario, la militancia activa de las organizaciones homosexuales para mantener el “enfoque de género y diversidad sexual” en los acuerdos, prueba el valor de este en función de su agenda política e ideológica.
Mons. Luis Augusto Castro ya había estado envuelto en una´polémica similar en 2015, cuando afirmó ante los medios de comunicación que estaba de acuerdo con la adopción de niños por la pareja homosexual de uno de sus padres biológicos. En ese entonces el obispo tuvo que presentar posteriormente una retractación en que reafirmaba la oposición de la Iglesia a la adopción homosexual.
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