NUEVA YORK, Octubre 27 (C-Fam) La Corte Interamericana intentará imponer el matrimonio del mismo sexo y el acceso al aborto en todos los países de América Latina, al menos es lo que se deduce de las recientes declaraciones de su Presidente, Roberto Caldas, y de otros jueces de la corte.
Caldas se jactó de la facultad del tribunal para obligar a todos los jueces y tribunales de todo continente Americano, durante un evento sobre poblaciones vulnerables, en la clausura de la 58ª sesión de la corte en Panamá. Los siete jueces de la corte estaban presentes.
En el discurso de apertura del evento la semana pasada Caldas dijo que la discriminación basada en la “orientación sexual e identidad de género” niega a las personas “algunos de los derechos más básicos, tales como casarse y tener documentos personales que reflejan su verdadera identidad”.
Fallos recientes de la Corte Interamericana han declarado que todos los jueces nacionales en todo el continente americano deben asegurar que sus propias decisiones judiciales se ajusten a las sentencias de la Corte Interamericana, así como a sus interpretaciones de la Convención Americana de Derechos Humanos. Esta nueva doctrina se conoce como “Control de convencionalidad”.
Los expertos legales dicen que esta doctrina arriesga a violar el Convenio que establece la corte, transformando el tribunal internacional en una corte constitucional supra-nacional.
Tradicionalmente el poder judicial de la Corte se había limitado a las partes involucradas en el litigio ante el tribunal. La nueva doctrina convierte todas las decisiones de la Corte Interamericana en precedentes vinculantes para todos los Estados que firmaron la Convención y aceptan la jurisdicción de la corte, independientemente de si eran parte del caso en juicio. Las implicaciones transfronterizas de la doctrina pueden ser notables.
Caldas menciona a un juez en Perú que invocó un fallo de la Corte implicando a Chile a dar curso legal a un matrimonio homosexual contraído en México. En el juicio de Chile la courte cita “Orientación sexual” como una categoría protegida de la no discriminación dentro de la Convención, junto a las categorías de: sexo, raza y religión.
La doctrina resulta muy controvertida. Un Juez del Tribunal Supremo en Panamá simplemente se negó a utilizar esta doctrina, diciendo que la prohibición nacional del matrimonio del mismo sexo no viola la constitución. La Corte Suprema de Chile también dijo que no estaba “obligada” por los precedentes de la Corte Interamericana, cuando rechazó un desafío a la legislación chilena para permitir el aborto en circunstancias limitadas.
Elizabeth Odio Benito dijo que los derechos sexuales y reproductivos son a menudo “demonizados” y violados por la discriminación patriarcal. Ella no dijo que el aborto fuera un derecho de la Convención, pero que la legislación debía estar “abierta a esta opción” y sugiere que los niños deben ser capaces de acceder al aborto.
El juez Vio Grossi, un disidente frecuentes en la Corte, fue la única voz en el evento pidiendo respeto a los tribunales de los Estados soberanos y los procesos democráticos. Grossi disentió de la sentencia del Tribunal que niega que los niños tienen derecho a la vida desde el momento de concepción. La Convención Americana contiene la famosa y explícita protección para los niños “desde la concepción”, pero el tribunal redefine “concepción” al momento de la implantación.
Envíando un campanazo de alerta, Grossi dijo que la importancia de la Corte “nos ha tentado a actuar como más que jueces” y que “es una tentación que debemos resistir”, advirtiendo severamente que esto llevaría a la tiranía.
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