Treinta y siete grupos provida y de defensa de la familia de once países acaba de firmar un Compromiso de Fidelidad a la fe católica, declarando su rechazo a acatar a cualquier sacerdote o prelado que se aleje en su mensaje de la doctrina perenne de la Iglesia. Los firmantes rechazan la ambigüedad creciente en la jerarquía de la Iglesia Católica, especialmente bajo el pontificado del Papa Francisco, y declaran su compromiso con las verdades inmutables de la Fe, aunque eso implique desobedecer a los pastores que las contradigan. Incluso han abierto una página en Internet con los nombres de todos los firmantes, www.fidelitypledge.com. A continuación, nuestra traducción al Español del Compromiso firmado por líderes pro-vida y pro-familia de todo el mundo.
Compromiso de fidelidad al auténtico magisterio de la Iglesia
por líderes pro-vida y pro-familiaEl número de niños inocentes asesinados por aborto durante el último siglo es mayor que el de todos los seres humanos que han muerto en todas las guerras registradas a través de la historia. Los últimos cincuenta años han visto un escalamiento continuo de los ataques contra la estructura de la familia, tal como fue diseñada y querida por Dios, la cual provee el mejor ambiente para el florecimiento humano, y especialmente, para la educación y formación de los niños. Divorcio, anticoncepción, aceptación de los actos y uniones homosexuales, y la difusión de la “Ideología de género” han todos hecho un daño inconmensurable a la familia y sus miembros más vulnerables.
En los últimos cincuenta años el movimiento pro-vida y pro-familia ha crecido tanto en tamaño como en alcance para confrontar estos graves males, los cuales amenazan tanto el bien temporal como el eterno de la humanidad. Nuestro movimiento reúne hombres y mujeres de buena voluntad de una amplia variedad de orígenes religiosos. Nos hemos reunido en nuestra defensa de la familia, y de nuestros hermanos y hermanas más vulnerables, a través de la obediencia a la ley natural, la cual está escrita en todos nuestros corazones (Rom 2, 15). Sin embargo, a través de la última mitad de siglo el movimiento pro-vida y pro-familia ha dependido en una manera particular en el magisterio inmutable de la Iglesia Católica, el cual afirma la ley moral con la mayor de las claridades.
Es, por lo tanto, con gran pesar que durante los años más recientes hemos atestiguado que la claridad moral y doctrinal, en asuntos relativos a la protección de la vida humana y de la familia, ha venido siendo remplazada por la ambigüedad, y aún por doctrinas directamente contrarias al magisterio de Cristo y los preceptos de la ley natural.
Una Filial Súplica, entregada al Papa Francisco en Septiembre de 2015, fue firmada por cerca de 900.000 personas de todo el mundo, y una “Declaración de fidelidad a la doctrina inmutable de la Iglesia sobre el matrimonio” fue presentada en 2016. El 19 de septiembre de 2016 cuatro cardenales presentaron cinco dubia al Papa Francisco, y a la Congregación para la Doctrina de la Fe, solicitando una clarificación sobre algunos puntos de doctrina en la Exhortación Apostólica post-sinodal Amoris Laetitia. En junio de 2017, lo cardenales hicieron pública su solicitud de una audiencia, la cual fue presentada al Papa por el Cardenal Carlo Caffarra el 25 de abril de 2017, pero la cual, al igual que las dubia, no recibió respuesta alguna. El 23 de septiembre de 2017 una Correctio filialis de haeresibus propagatis fue presentada por 62 teólogos y académicos católicos “debido a la propagación de herejías efectuada por la exhortación apostólica Amoris Laetitia y por otras palabras, actos y omisiones” del Papa Francisco. Para el 4 de noviembre de 2017, 250 teólogos, sacerdotes, profesores y académicos de todas las nacionalidades habían dado su apoyo a la Correctio. El desorden dentro de la Iglesia es creciente, tal como atestigua una carta enviada recientemente al Papa Francisco por un prominente teólogo, el cual, según él mismo afirmó, estaba impulsado por “la agitación dentro de la Iglesia hoy, un caos y una incertidumbre que siento que el mismo Papa Francisco causó.”
Como líderes pro-vida y pro-familia estamos obligados a resaltar numerosas declaraciones y actos adicionales, los cuales han tenido un impacto particularmente dañino en nuestra labor por la protección de los niños por nacer y de la familia en los años recientes. Ejemplos representativos incluyen:
declaraciones y actos que contradicen el magisterio de la Iglesia sobre la maldad intrínseca de los actos de anticoncepción, declaraciones y actos que contradicen el magisterio de la Iglesia sobre la naturaleza del matrimonio y la maldad intrínseca de los actos sexuales por fuera del matrimonio, la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los cuales efectivamente reclaman de los estados miembros ofrecer acceso universal al aborto, la anticoncepción y la educación sexual para 2030, la aproximación adoptada hacia la educación sexual, particularmente en el capítulo 7 de Amoris Laetitia y El Lugar del Encuentro, programa producido por el Pontificio Consejo para la Familia.Como líderes dentro del movimiento pro-vida y pro-familia, o líderes de movimientos laicos preocupados con la defensa y difusión de la enseñanza moral y social Católica, hemos atestiguado de primera mano el daño y la confusión causada por tales declaraciones y acciones. Para cumplir con nuestra responsabilidad hacia aquellos a quienes nos hemos comprometido a proteger, en particular los niños por nacer y aquellos hechos especialmente vulnerables por la ruptura de la familia, debemos proveer claridad en nuestra posición sobre estos asuntos. Debemos tambén ofrecer liderazgo a aquellos dentro de nuestro movimiento que nos buscan por guía y consejo.
Por esta razón, queremos hacer clara nuestra inamovible adherencia a los principios morales fundamentales detallados a continuación:
hay ciertos actos que son intrínsecamente malos y los cuales está siempre prohibida su comisión; el homicidio provocado de un ser humano inocente es siempre gravemente inmoral, en consecuencia, el aborto, la eutanasia y el suicidio asistido son actos intrínsecamente malos; el matrimonio es la unión exclusiva e indisoluble de un hombre y una mujer; todos los actos sexuales por fuera del matrimonio, incluyendo todas las formas de unión no-marital, son males intrínsecos y gravemente injuriosos a los individuos y a la sociedad; el adulterio es un pecado grave, y aquellos que viven en adulterio no pueden ser admitidos a los sacramentos de la Penitencia y la Santa Comunión, hasta el momento en que se arrepientan y enmienden sus vidas; los padres son los primeros educadores de sus hijos, y la provisión de educación sexual debe ser tomada por los padres o, en ciertas circunstancias, “en centros educativos escogidos y controlados por ellos”; la separación de los fines procreativo y unitivo del acto sexual por los métodos anticonceptivos en intrínsecamente maligna y tiene consecuencias devastadoras para la familia, la sociedad y la Iglesia; los métodos de reproducción artificial son gravemente inmorales pues separan la procreación del acto sexual, y en la gran mayoría de los casos, conducen directamente a la destrucción de vidas humanas en sus primeras etapas; existen solamente dos sexos, masculino y femenino, cada uno de los cuales posee las diferencias y características complementarias que le son propias; los actos homosexuales son intrínsecamente perversos, y ninguna forma de unión entre personas del mismo sexo puede ser aprovada de ninguna forma.Como líderes pro-vida y pro-familia debemos permanecer fieles a Nuestro Señor Jesucristo, Quien ha confiado el depósito de la fe a su Iglesia. “Nos corresponde rendir a Dios que revela el obsequio del entendimiento y de la voluntad por medio de la fe.” Asentimos plenamente en todas estas cosas “que están contenidas en la Palabra de Dios, escrita o transmitida, y que son propuestas por la Iglesia para ser creídas como materia divinamente revelada, sea por juicio solemne, sea por su magisterio ordinario y universal.”
Comprometemos nuesta total obediencia a la jerarquía de la Iglesia Católica en el ejercicio legítimo de su autoridad. Sin embargo, nada nos persuadirá jamás, o nos obligará, a abandonar o contradecir cualquier artículo de la Fe Católica o cualquier verdad establecidad definitivamente. Si hay algún conflicto entre las palabras y actos de cualquier miembro de la jerarquía, incluso el Papa, y la doctrina que la Iglesia siempre ha enseñado, permaneceramos fieles a la enseñanza perenne de la Iglesia. Si abandonásemos la Fe Católica, abandonaríamos a Jesucristo, a Quien deseamos estar unidos para toda la eternidad.
Nosotros, los firmantes, juramos que continuaremos enseñando y propagando los anteriores principios morales, y cada otra enseñanza auténtica de la Iglesia Católica, y nunca, por ninguna razón las abandonaremos.
12 de Diciembre, 2017
Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe
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