
Sin embargo, la respuesta resulta mucho más sencilla. Como recoge Jill Stanek en su blog, el motor de búsqueda de Siri simplemente no encuentra la palabra “Abortion” en el nombre ni en la descripción de las clínicas de aborto, de ahí que no las registre. ¿Es esto fortuito? Por el contrario, creo yo que no se trata más que de una previsible consecuencia de la hipocresía del lobby abortista que tiene el cinismo de decir “no estamos a favor del aborto, sino del derecho de la mujer a decidir” o “estoy contra el aborto y por eso quiero que sea legal”. ¿Por qué entonces les molesta tanto que el buscador envíe a la mujer a un centro de alternativas? Si algo nos ha de alegrar en esta polémica, además de que probablemente se disuadió a varias mujeres de abortar, es el hecho de que haya servido para evidenciar la doblez de las abortistas. Niegan que sus organizaciones giren alrededor del negocio del aborto pero arman un escándalo por la posibilidad de perder clientes.
Este hecho ha de servirnos para que examinemos las posibilidades que la hipocresía del lobby abortista nos ofrece como punto débil a explotar.