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sábado, 9 de abril de 2016

Voice of the Family advierte sobre elementos de Amoris Laetitia que atacan la Vida y la Familia

(Voice of the Family) La promulgación de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia por el Papa Francisco marca la conclusión de un proceso sinodal que ha sido dominado por los intentos de socavar la Doctrina Católica en materias relacionadas con la vida humana, el matrimonio y la familia, en cuestiones que incluyen, aunque no se limitan a, la indisolubilidad del matrimonio, la anticoncepción, los métodos artificiales de reproducción, la homosexualidad, la Ideología de Género, y los derechos de los padres y sus hijos. Estos intentos por distorsionar la Doctrina Católica han debilitado el testimonio de la Iglesia sobre las verdades de orden natural y sobrenatural y han amenazado el bienestar de la familia, especialmente en sus miembros más débiles y vulnerables.

La Exhortación Apostólica Amoris Laetitia es un muy extenso documento, el cual discute una amplia variedad de temas relacionados con la familia. Hay muchos pasajes que reflejan fielmente la enseñanza del magisterio pero esto no puede, y no lo hace, disminuir la gravedad de aquellos pasajes que minan la doctrina y práctica de la Iglesia Católica. Voice of the Family se propone presentar un análisis completo de los serios problemas del documento en los próximos días y semanas.

Voice of the Family expresa las siguientes preocupaciones con la más grande reverencia por el oficio papal y solamente bajo un deseo sincero de asistir a la jerarquía de la Iglesia en la proclamación de la Doctrina Católica sobre Vida, Matrimonio y Familia, y procurando el bien auténtico de la familia y sus miembros más vulnerables.

Consideramos que al levantar las siguientes inquietudes estamos cumpliendo con nuestro deber tal como aparece claramente en el Código de Derecho Canónico, el cual establece:

“[Los fieles] Tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas.” (Canon 212 §3)

Admisión de los “divorciados y vueltos a casar” a la Santa Comunión

Amoris Laetitia, a lo largo del Capítulo VIII (párrafos 291-312), propone un número de aproximaciones que preparan la vía para que los católicos “divorciados y vueltos a casar” (es decir en adulterio público) reciban la Santa Comunión sin verdadero arrepentimiento y enmienda. Estos párrafos incluyen:

(i) exposiciones confusas de la Doctrina Católica sobre la naturaleza y los efectos del pecado mortal, la imputabilidad del pecado, y la naturaleza de la conciencia

(ii) el uso de un lenguaje ideológico en lugar de la terminología tradicional de la Iglesia

(iii) el uso de citas selectivas y engañosas de los documentos previos de la Iglesia.

Un ejemplo particular de este uso engañoso de las referencias al magisterio previo se encuentra en el párrafo 298 que cita una declaración del Papa Juan Pablo II, hecha en la Familiaris Consortio, de que existen situaciones ”cuando el hombre y la mujer, por motivos serios, —como, por ejemplo, la educación de los hijos— no pueden cumplir la obligación de la separación”. Sin embargo, en Amoris Laetitia la segunda mitad de la frase del Papa Juan Pablo II en que establece que tales parejas “asumen el compromiso de vivir en plena continencia, o sea de abstenerse de los actos propios de los esposos” (Familiaris Consortio, No. 84),  es omitida.

Más aún, en la nota al pie de esta citación engañosa, se lee:

“En estas situaciones, muchos, conociendo y aceptando la posibilidad de convivir «como hermanos» que la Iglesia les ofrece, destacan que si faltan algunas expresiones de intimidad «puede poner en peligro no raras veces el bien de la fidelidad y el bien de la prole» (Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 51).”

El documento hace referencia a esta perspectiva errónea pero no explica por qué es una aproximación falsa, lo cual es porque

(i) Todos los actos sexuales por fuera del matrimonio válido son males intrínsecos y nunca es justificado cometer un mal intrínseco, aún para conseguir un buen fin.

(ii) “La fidelidad se pone en peligro” por los actos de intimidad sexual por fuera del matrimonio mientras que la fidelidad se vive cuando dos individuos en una unión inválida se refrenan de actos sexuales en fidelidad a su unión original, la cual permanece válida.

(iii) La referencia implica que los niños sufrirán porque sus padres, con el auxilio de la gracia divina, viven castamente. Por el contrario, tales padres están dando a sus hijos un ejemplo de fidelidad, castidad y confianza en el poder de la gracia de Dios.

El documento cita la Gaudium et Spes pero el pasaje es citado fuera de contexto y no apoya el argumento insinuado. El contexto deja claro que la Gaudium et Spes está hablando de los católicos casados, en el contexto de la procreación, no de aquellos cohabitando en una unión inválida. La referencia completa es la siguiente:

“El Concilio sabe que los esposos, al ordenar armoniosamente su vida conyugal, con frecuencia se encuentran impedidos por algunas circunstancias actuales de la vida, y pueden hallarse en situaciones en las que el número de hijos, al manos por ciento tiempo, no puede aumentarse, y el cultivo del amor fiel y la plena intimidad de vida tienen sus dificultades para mantenerse. Cuando la intimidad conyugal se interrumpe, puede no raras veces correr riesgos la fidelidad y quedar comprometido el bien de la prole, porque entonces la educación de los hijos y la fortaleza necesaria para aceptar los que vengan quedan en peligro.” (Gaudium et Spes, No. 51).

Es por lo tanto difícil de evitar la conclusión de que la Exhortación Apostólica es al menos levantando la posibilidad de que los actos sexuales adúlteros puedan ser justificados en algunos casos, y ha hecho una cita deshonesta de la Gaudium et Spes para tratar de darle soporte a la idea.

Otras aproximaciones que socavan la doctrina de la Iglesia sobre la recepción de los sacramentos será discutida por Voice of the Family en los días siguientes.

Derechos de los padres y educación sexual

Amoris Laetitia incluye una sección titulada “Sí a la educación sexual” (párrafos 280-286). Esta sección se extiende por más de cinco páginas sin hacer siquiera una sola referencia a los padres de familia, mientras que sí hace una referencia a las “instituciones educativas”. Cuando la educación sexual es “derecho y deber fundamental de los padres” la cual “debe realizarse siempre bajo su dirección solícita, tanto en casa como en los centros educativos elegidos y controlados por ellos.” (Papa Juan Pablo II Familiaris Consortio, No. 37). La omisión de esta enseñanza elemental es una seria falla a los padres de familia en un momento en que los derechos parentales respecto de la educación sexual está bajo ataques serios y constante en muchas naciones del mundo, y en las instituciones internacionales. En esta sección Amoris Laetitia no cita ninguno de los documentos magisteriales previos que claramente afirman este derecho, sin embargo, sí cita al psicoanalista Erich Fromm, asociado con la escuela de Frankfurt. Las previas referencias del documentos a los derechos parentales (párrafo 84), aunque bienvenidas, no compensan la exclusión de los padres de familia en esta sección.

Uniones homosexuales

Amoris Laetitia, siguiendo una aproximación similar a la adoptada previamente en los documentos sinodales, asume que las “uniones entre personas del mismo sexo” pueden “brindar cierta estabilidad” y podrían tener algún tipo de semejanza o relación al matrimonio. El documento afirma:

“Debemos reconocer la gran variedad de situaciones familiares que pueden brindar cierta estabilidad, pero las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio.” (Párrafo 52)

Hay una gran presión al interior de los organismos internacionales que busca el rechazo de la concepción tradicional de la familia a través de la adopción de un lenguaje que se remite a la “variedad” o la “diversidad” en las formas de familia. La idea de que las “uniones entre personas del mismo sexo” formen parte de “la gran variedad de situaciones familiares” es precisamente contra lo que los grupos pro-familia están luchando duramente. Al usar este lenguaje, la Exhortación Apostólica mina el esfuerzo del movimiento pro-familia por proteger la verdadera definición de la familia, y consecuentemente, proteger a los niños que dependen de la estructura familiar querida por Dios para su bienestar y sano desarrollo.

Debería notarse que en el párrafo 251 la enseñanza auténtica de la Iglesia, de que “no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia” es reafirmada.

Ideología de “género”

Amoris Laetitia respalda un aspecto central de la “Ideología de género” al afirmar que “No hay que ignorar que «el sexo biológico (sex) y el papel sociocultural del sexo (gender), se pueden distinguir pero no separar»” (párrafo 56). Esta aceptación del principio subyacente de la teoría de “género” socava la crítica que el documento hace de la ideología y sus efectos. La falsa noción de que el sexo biológico es distinguible del, así llamado, “género” fue propuesta primero en la década de 1950 y es el fundamento de la “Ideología de género”. Oponerse a las consecuencias de la “ideología de género” será imposible si su erróneo principio esencial es aceptado.

(N. del T: Esta idea contradictoria de que el sexo y el “género” se pueden “distinguir pero no separar” es desarrollada en el párrafo 286 de la Exhortación Apostólica al decir que “Es verdad que no podemos separar lo que es masculino y femenino de la obra creada por Dios, que es anterior a todas nuestras decisiones y experiencias, donde hay elementos biológicos que es imposible ignorar. Pero también es verdad que lo masculino y lo femenino no son algo rígido.” Haciendo una invitación a relativizar los roles masculino y femenino al interior del hogar afirmando que “Hay que ayudar a los niños a aceptar con normalidad estos sanos «intercambios»”. En este aspecto, la idea presentada por el documento presenta una aterradora semejanza con los materiales usados a nivel educativo para introducir la ideología de género de forma subrepticia)

Ataques contra la vida humana inocente

Amoris Laetitia falla en abordar la dimensión de las amenazas a los niños por nacer, los ancianos y los discapacitados. Estimaciones conservadoras indican que más de mil millones de vidas inocentes por nacer han sido destruidas por el aborto en el último siglo. Aún así, en un documento abordando los desafíos de la familia, con una extensión de 263 páginas, hay sólo un pequeño número de referencias al aborto. No hay mención de la destrucción causada por los métodos de reproducción artificial, los cuales también han dado como resultado la pérdida de millones de vidas humanas. La ausencia de una discusión seria de los ataques contra la vida humana naciente en este contexto es una omisión grave.

Hay también una referencia mínima a la eutanasia y el suicidio asistido a pesar de la presión creciente para su legalización a lo largo del globo. La falta de una discusión adecuada de esta amenaza es de igual forma, otra omisión muy lamentable.

Anticoncepción

Amoris Laetitia falla en confirmar adecuadamente la doctrina de la Iglesia sobre el uso de la anticoncepción. Esto es un panorama problemático dado que (i) la separación entre los fines procreativo y unitivo del acto sexual es el mayor catalizador de la Cultura de la Muerte y que (ii) hay una amplia desobediencia e ignorancia de la Doctrina de la Iglesia sobre esta materia precisamente a causa de la falla en la jerarquía de la Iglesia en comunicar esta verdad. La discusión sobre la conciencia en el documento es así mismo deficiente tanto en el párrafo 222, que habla de la “paternidad responsable”, como en el Capítulo VIII que toca el tema de la admisión a los sacramentos de aquellos en público adulterio. El párrafo 303 es de particular preocupación, especialmente en la siguiente afirmación:

“Pero esa conciencia puede reconocer no sólo que una situación no responde objetivamente a la propuesta general del Evangelio. También puede reconocer con sinceridad y honestidad aquello que, por ahora, es la respuesta generosa que se puede ofrecer a Dios, y descubrir con cierta seguridad moral que esa es la entrega que Dios mismo está reclamando en medio de la complejidad concreta de los límites, aunque todavía no sea plenamente el ideal objetivo. De todos modos, recordemos que este discernimiento es dinámico y debe permanecer siempre abierto a nuevas etapas de crecimiento y a nuevas decisiones que permitan realizar el ideal de manera más plena.”

Esta afirmación parece adoptar una falsa concepción de la “ley de la gradualidad” y sugiere que hay ciertas ocasiones en que el pecado no es sólo inevitable sino aún activamente querido por Dios para tal persona. Esto sería claramente inaceptable.

Conclusiones

Esta es sólo una breve introducción de los muy numerosos problemas hallados al interior de Amoris Laetitia. Tomará un estudio más profundo para poder delinear completamente todas las implicaciones del texto, pero desde ya es abundantemente claro que el documento falla en dar una exposición clara y fiel de la Doctrina de la Iglesia y lleva inevitablemente a conclusiones que podrían resultar en violaciones contra la enseñanza inmutable de Iglesia Católica, y a la disciplina que está inextricablemente fundada en ella. Nuestra revisión inicial provee suficiente causa para contemplar el documento como una amenaza contra la integridad de la Fe Católica y el auténtico bien de la familia.

Reiteramos una vez más que hacemos esta crítica con una gran reverencia por el oficio papal pero con la conciencia de nuestros deberes como fieles laicos católicos hacia el bien de la Iglesia, y nuestros deberes como activistas pro-vida y pro-familia para proteger la familia y sus miembros más vulnerables.

Voice of the Family es una coalición internacional de 26 organizaciones pro-vida y pro-familia y estuvo presente en Roma durante los sínodos extraordinario (2014) y ordinario (2015) sobre la Familia. Voice of the Family ha publicado análisis profundos de los Documentos oficiales del Sínodo.

Voice of the Family puede ser contactada vía:

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