El diario El Espectador, que desde hace rato se ha vuelto en uno de los principales apologetas del genocidio cometido sistemáticamente contra los niños por nacer, fieles a su liberalismo a lo Robespierre, se han querido alzar ahora a enjuiciar a la Policía Nacional por el haber participado en una serie de actos religiosos en los cuales se pedía por los niños víctimas del aborto y por el fin de tales crímenes. El diario en su editorial arremete contra la policía acusándola de hacer activismo político, y de molestar a los clientes de la abortista Profamilia.
La campaña 40 días por la Vida, es un apostolado religioso que surgió en los Estados Unidos con un sentido profundamente cuaresmal, como su nombre lo indica, para hacer oración y ayuno de forma constante durante cuarenta días seguidos, pidiendo por el fin del crimen del aborto. Como bien es sabido, el aborto tiene una dimensión espiritual que es profundamente satánica, ex satanistas han confesado la práctica ordinaria de rituales diabólicos en clínicas de aborto, y por si no fuera suficientemente claro, la organización estadounidense Templo Satánico utilizó las ganancias que obtuvieron por el evento de inauguración de una estatua de Baphomet en Detroit para la promoción del aborto tardío. Así es que no es de sorprender que la campaña de 40 días por la Vida, venga siendo tan exitosa en los Estado Unidos donde acumula testimonios de bebés salvados del aborto, y abortorios cerrados luego de haber sido puestos en oración.
Lo que le molesta al diario jacobino, es algo que lleva décadas de tradición en las instituciones de la Fuerza Pública. Cada año, para las festividades de la semana santa, el Corpus Christi, o la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, la guardia presidencial se presenta en la Catedral Primada de Colombia para participar en las procesiones. Hasta reconocidos masones, como fueron los próceres de la independencia, tuvieron que recurrir a proclamar a Jesús y a la Virgen como generales de las tropas, cuando vieron su empresa en peligro. Pero lo que más preocupa a El Espectador, es que la campaña llegue a tener éxito, y efectivamente las oraciones sean recompensadas con el cierre de los abortorios de Teusaquillo, con lo que se interrumpiría esa forma moderna del culto a Moloch que ellos tanto defienden.
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