El más reciente estudio sobre efectos en los menores criados por parejas del mismo sexo, pendiente de publicación en el British Journal of Education, Society & Behavioural Science, revisado y aceptado el pasado 30 de enero de 2015, derrumba por completo la idea de que la crianza por parte de parejas homosexuales no afecta el desarrollo de los menores.
El estudio Emotional Problems among Children with Same-sex Parents: Difference by Definition, realizado por el Dr. Paul Sullins, tomó una muestra representativa de 207.007 niños, incluyendo 512 criados por parejas del mismo sexo, del U.S. National Health Interview Survey, para comparar la prevalencia en ambos grupos de problemas emocionales, problemas de desarrollo y demanda de servicios de salud mental, controlando la edad, el sexo, y la raza del menor, y el nivel educativo y de ingresos de los padres. El estudio utilizó modelos de regresión para examinar el efecto de trastornos psicológicos de los padres, inestabilidad familiar, estigmatización por parte de pares de los niños, y la paternidad biológica.
La investigación encontró un prevalencia de más del doble de problemas emocionales en los niños criados por padres del mismo sexo, frente a los niños criados por padres de distinto sexo. El riesgo fue elevado en la presencia de trastornos psicológicos, moderado frente a inestabilidad familiar y sin efecto por parte de la estigmatización.
“en resumen, la Tabla 3, reporta que los niños con padres del mismo sexo están asociados a mayores niveles de trastorno, comparado con los niños con padres de distinto sexo, para cada indicador de dificultad emocional infantil, dificultad en el desarrollo, o demanda de tratamiento. Para ocho de los doce indicadores psicométricos presentados en la tabla, tanto ajustados como sin ajustar, las diferencias entre las familias del mismo sexo y las familias de distintos sexos son claras, estadísticamente significativas, de magnitud sustancial y favoreciendo a las familias de sexos distintos. Para todos los ítems, excepto uno (Discapacidad de aprendizaje), la prevalencia y el riesgo con padres del mismo sexo son ligeramente mayores en la presencia de controles para la edad, sexo, raza, educación e ingreso.”
Estos resultados coinciden plenamente con los dos conceptos que fueron enviados por la Universidad de la Sabana, y que fueron despreciados en la ponencia del magistrado Jorge Iván Palacio (tío del padre biológico de dos menores cuya adopción reclamaban una pareja de lesbianas) supuestamente por tratarse de estudios realizados entre 1965 y 1995, lo cual es falso pues la ponencia también descalifica al estudio Regnerus de la Universidad de Texas, acusándolo de ser “el resultado de la financiación de un instituto conservador, con una agenda de discriminación a la población LGBTI”, y éste fue publicado en 2012. Este nuevo estudio se convierte en prueba sobreviniente en el proceso que adelanta la Corte, y debe ser considerada por el tribunal antes de que este falle la demanda por inconstitucionalidad.
A continuación, el texto del estudio.
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