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lunes, 2 de abril de 2012

Dossier sobre Eutanasia

Publico una serie de artículos académicos respecto del tema de la Eutanasia:

  • La eutanasia de niños en Holanda: ¿El final de un plano inclinado? [Ficha] [PDF]
    José Manuel Moreno Villares y María José Galiano Segovia. En Cuadernos de Bioética, Vol. 16, Núm. 58 (2005).  Asociación Española de Bioética y Ética Médica. pp. 345-356

    La Sociedad Holandesa de Pediatría acaba de aceptar la eutanasia en recién nacidos con una calidad de vida muy pobre, en circunstancias excepcionales y bajo condiciones muy estrictas, siguiendo la línea establecida por los doctores Eduard Vergahen y Peter Sauer, de la Universidad de Groningen. Estos autores publicaron recientemente en New England Journal of Medicine el protocolo en el que explican los distintos pasos para llevar esta práctica a cabo con el consentimiento de los padres de los niños. Los requerimientos son muy sencillos: un sufrimiento incontrolable y desesperado, un diagnóstico y un pronóstico ciertos, la confirmación por otro médico, el consentimiento de los padres y que se trate de una práctica médica aceptada.Inevitablemente estas consideraciones llevan a un peligroso plano inclinado. Los argumentos que manejan estos autores son extremadamente simplistas y están basados en un criterio utilitarista que considera el sufrimiento como el mayor de los males posibles.
    El tratamiento del dolor y del sufrimiento es un deber ineludible de cualquier médico. Hay suficientes estudios a lo largo de los últimos 15 años que demuestran
    que se puede administrar a los recién nacidos y lactantes anestesia y sedación de una forma segura, siempre que se realice ajustando adecuadamente las dosis a la edad y a la situación clínica. Además, el desarrollo de los Cuidados paliativos ha permitido mejorar la calidad de vida, mantener la dignidad y disminuir el sufrimiento de niños gravemente enfermos y también en sus familiares de acuerdo con sus valores, educación y creencias. Causar directamente la muerte mediante la administración de dosis letales de fármacos es una práctica éticamente inaceptable. Parece necesario tener una gran precaución y sensibilidad ante iniciativas como el protocolo de Groningen.
  • Razones para no legalizar la eutanasia. [Ficha] [PDF]
    María Teresa García Quintanal. En Revista Etbio Año 1 Núm. 1 (2011) Colegio de Profesionistas Posgraduados en Bioética de México A.C.

    Definición y argumentos en contra de la posibilidad de legislar sobre la Eutanasia, ejemplificando lo absurdo de la propuesta. Explicación de cómo la propuesta implica una visión utilitarista de la persona humana, y de cómo, el sólo considerar la legitimidad del término deshumaniza al hombre.
  • ¿Se puede dar sentido al dolor? Una aproximación filosófica. [Ficha] [PDF]
    Norma A. Castañeda. En Revista Etbio Año 1 Núm. 1 (2011) Colegio de Profesionistas Posgraduados en Bioética de México A.C.

    Ya decía Gabriel Marcel que el hombre  es un “misterio”, especialmente cuando se encuentra padeciendo. Generalmente hasta que experimentamos un dolor específico, sea de orden físico o moral, nos interesamos en esa cruda realidad. Nuestra condición humana de seres limitados por la materia, el tiempo y el espacio, respecto a la cual Santo Tomás de Aquino señalaba que nuestra condición corpórea corresponde a la ‘materia signata quantitatae’, una materia determinada cuantitativamente. Dicha condición implica el ser susceptibles al dolor, y como mencionaba Aristóteles, las afecciones no son del cuerpo sino del compuesto. Cuando tengo jaqueca no voy a resolver adecuadamente un examen o dar una estupenda cátedra. En sentido metafísico el dolor es una clase de mal, y el mal es privación, ausencia de un bien debido. Si se tiene una enfermedad, se carece de un bien debido que es la salud. El problema real no es la constatación de que todos los hombres sufrimos de una manera u otra sino acerca del sentido que puede dársele a éste.
  • El suicidio asistido por el médico. [Ficha] [PDF]
    Carlos Javier Regazzoni. En Persona y Bioética; No. 11-12 (2000). Universidad de la Sabana.

    El tema de la eutanasia no es solo médico; su aprobación es un hecho en algunos sitios, y encuentra cierta aceptación pública; predomina en pacientes con cáncer y deprimidos. Frecuentemente no se cumplen los requisitos legales mínimos y su uso se extiende a niños y enfermos psiquiátricos. Los argumentos para legalizar la eutanasia son: la autonomía del individuo y el suicidio como último remedio ante el dolor. La eutanasia es un alarde de autonomía, pero desvía la misión del médico y se defiende por cuestiones ideológicas. Lo segundo es médicamente incorrecto; el manejo del dolor es inadecuado por desconocimiento, y la medicina de cuidados paliativos propone alternativas más humanas. La pregunta de fondo es: ¿Para qué sufrir? Ante el que sufre, la respuesta debe ser el amor. Datos experimentales vinculan pobreza, soledad, desempleo, depresión y suicidio. Hay intereses comerciales, y si se relativiza la dignidad de una vida, se relativiza la de todas.En el paciente terminal, el médico debería tratar el alma junto con el cuerpo; nuestras decisiones son cada vez más tecnológicas y menos humanas, y responden a cánones administrativos y no existenciales, con la consecuente deshumanización.

  • La eutanasia: El debate actual [Ficha] [PDF]
    Amparo Vélez Ramirez. En Persona y Bioética; No. 6 (1999). Universidad de la Sabana.

    El debate sobre la Eutanasia es álgido en gran parte del mundo. Son muchos los argumentos a favor y en contra y también son variadas las legislaciones que apoyan esta práctica o la castigan. En las siguientes notas se va a tratar de perfilar la argumentación que sustenta una y otra posición a la par que, someramente, se enunciaran algunos debates sobre las diversas legislaciones. El derecho a la autonomía, la necesidad de separar la decisión a favor de la eutanasia de los principios religiosos, la calidad de vida y el altruismo hacia el enfermo son algunos de los argumentos en pro. La dignidad de la persona y la inviolabilidad de vida humana están en contra de esta práctica.

  • Derecho a una muerte digna [Ficha] [PDF]
    Guillermo Ochoa Millán. En Persona y Bioética; No. 1 (1997). Universidad de la Sabana.

    Este trabajo hace referencia al cuidado del paciente terminal, que comprende la atención psicosocial, los cuidados específicos del paciente terminal, y la organización de los cuidados continuados en el domicilio, y en centros especializados.  Tales constituyen una alternativa a la eutanasia, la cual es considerada por el autor como un homicidio. Hace además referencia a la problemática que con relación a los médicos puede generar su aprobación.

  • La eutanasia: Expresión de la cultura de la muerte [Ficha] [PDF]
    Amparo Vélez Ramírez. En Persona y Bioética; No. 5 (1999). Universidad de la Sabana.

    En el texto titulado: La eutanasia como expresión del hedonismo social, la Dra. Amparo Vélez avanza en la consideración de la presión por la “muerte dulce” como una característica de la cultura de la muerte, propia de la sociedad actual y en tal sentido interpreta la proliferación de los testamentos vitales y los moritorios. Presentan el debate que tiene lugar entre los argumentos a favor y en contra de la eutanasia. No se detiene en las disquisiciones filosóficas y lingüísticas que sostienen partidarios o los opositores de esta práctica. Más bien, quiere dejar planteada una hipótesis sociocultural, relacionada con una tendencia proclive de la sociedad actual frente a la eutanasia.

  • Defensa piadosa de la vida [Ficha] [PDF]
    David Mejía Velilla. En Persona y Bioética; No. 2 (1998). Universidad de la Sabana.

    En virtud del pluralismo ideológico exigido por la preservación de la autonomía personal y de la libertad que proclama la constitución de 1991, la Corte Suprema de Justicia ha expedido la sentencia No C-239/97, la cual quita el carácter delictivo al homicidio piadoso causado por la compalcencia de la víctima en casos de enfermedad terminal.En este trabajo se quiere mostrar que dicha sentencia no respeta el pluralismo jurídico ya que es violatorio de principio del derecho humano más fundamental y pareciera querer estar en riesgo de inconstitucionalidad al aceptar que la tradición jurídica colombiana se ha asentado en el evangelio. Llama la atención sobre el riesgo que representa tal doctrina ya que la providencias que emanan los más elevados organismos de Estado revisten un inevitable valor de ejemplaridad ya que el ciudadano tiende a ver en ellas verdaderas normas de conducta.

  • La eutanasia no es un acto médico [Ficha] [PDF]
    Jorge Merchán-Price. En Persona y Bioética; Vol. 12 No. 1 (2008). Universidad de la Sabana.

    En este artículo se exponen los argumentos por los cuales el médico está jurídica y éticamente impedido para matar a sus pacientes. Entre otras razones, los médicos no matan a sus pacientes porque “matar” no es un acto médico terapéutico. No restablece la salud y tampoco preserva la vida. Si el Estado quiere la eutanasia y el suicidio asistido, no hay ninguna razón constitucional que impida realizar el acto eutanásico a los familiares de los pacientes enfermos. Son ellos, y no el médico, quienes deben responder ante la sociedad y ante sus propias conciencias por ello. El artículo, además, revisa de manera clara y precisa la sentencia C-239/97 de la Corte Constitucional, y explica por qué algunos artículos del proyecto de Ley 05/07 del Senado no se ajustan a ella y son, por tanto, inconstitucionales.

  • Muerte, eutanasia y cuidados paliativos [Ficha] [PDF]
    Luis Fernando Giraldo Cadavid. En Persona y Bioética; Vol. 12 No. 2 (2008). Universidad de la Sabana.

    La persona humana posee, en potencia o en acto, una inteligencia capaz de realizar operaciones abstractas; una voluntad capaz de amar el bien, y una libertad que le permite determinar su manera de obrar (o de no obrar). Estas características, inherentes al ser de la persona humana, se derivan de la unidad sustancial que existe entre el alma espiritual y el cuerpo, y la dotan de una dignidad especial que debe reflejarse en la forma como afronta toda su existencia, y como es tratada y respetada por los demás. En efecto, la dignidad de la persona humana le confiere unos derechos y deberes entre los cuales se encuentra, de manera primordial, el respeto incondicionado a la vida humana inocente (tanto propia como ajena). Por este motivo, la muerte del ser humano y el periodo próximo a la misma requieren de un profundo respeto y de un tratamiento acorde con esa dignidad, que le permitan afrontar esta etapa con el máximo decoro e integridad. Mientras que la eutanasia representa una manera de afrontar la muerte que desconoce la inviolabilidad de la vida humana y, por tanto, atenta contra la dignidad de la persona, los cuidados paliativos hoy día cuentan con herramientas muy eficaces para aliviar el sufrimiento y acompañar al ser humano en esta crucial etapa de la vida en consonancia con la dignidad de la que está revestido.

  • Los parámetros de la muerte cerebral desde el punto de vista de la moral católica [Ficha] [PDF]
    Monseñor Ignacio Carrasco de Paula. En Persona y Bioética; No. 11-12 (2000). Universidad de la Sabana.

    Desde que en 1957 Pio XII afirmó que la determinación de la muerte era competencia de médicos especialistas, la Iglesia católica ha seguido con atención el debate sobre la muerte cerebral, especialmente a través de la Pontificia Academia de las Ciencias. De hecho, la muerte cerebral, entendida como un método para el diagnóstico precoz de la condición de cadáver de un sujeto sometido a reanimación, es éticamente aceptable a condición de que los parámetros aprobados sean aplicados con extremo rigor y profesionalidad.

  • Controversias sobre muerte cerebral [Ficha] [PDF]
    Euclides Eslava Gómez. En Persona y Bioética; No. 6 (1999). Universidad de la Sabana.

    Este artículo examina los elementos de la discusión actual sobre la determinación de la muerte y estudia la creciente inquietud sobre la identificación de la muerte  cerebral con la muerte de la persona. Ante todo, se considera el desarrollo de las ideas sobre el diagnóstico de la defunción y compara la muerte cardiopulmonar con las variantes de la muerte cerebral: la muerte cerebral total, la muerte tronco cerebral y la muerte neocortical. De igual modo, distingue los componentes de cada postura y ofrece una clasificación del estado actual de las distintas definiciones de muerte, al revisar las críticas más significativas que cada una de ellas ha recibido. En tercer lugar se estudian las corrientes discrepantes con la muerte cerebral, para examinar las dificultades que se han presentado en el campo médico, que generalmente son consecuencia del descuido de algunos conceptos filosóficos. En concreto, se analizan tres de las críticas más importantes de la muerte cerebral desde 1968: las realizadas por H. Jonas, P. Byrne y J. Seifert. Por último se incide en el debate actual sobre la oportunidad de abandonar la idea de muerte cerebral, comenzando con la declaración del Comité Danés de Ética y estudiando su influjo en autores como S. Youngner, R. Troug o A. Shewmon.

  • Reflexiones sobre la eutanasia [Ficha] [PDF]
    Eduardo Devis-Morales. En Díkaion; No. 6 (1997). Universidad de la Sabana.

    El llamado debate sobre la eutanasia ha conmovido valores humanos, culturales y sociales considerados fundamentales para nuestra civilización, pero de manera especial ha perturbado los principios médicos sostenidos durante cuatro milenios: el valor inconmensurable de la vida humana y la lucha infatigable contra la enfermedad. No puede justificarse matar a un inocente aunque este sea un enfermo grave con una existencia limitada. Los proponentes de la eutanasia han utilizado un exquisito repertorio de eufemismos, muchos de ellos de corte eminentemente visceral: la calidad de vida del enfermo terminal; la libertad de morir a voluntad; la obtención de una muerte sin sufrimiento; la proporcionalidad entre la utilidad, el costo o el posible beneficio de la vida restante, u otros con el fin de apelar a los derechos humanos o a la solidaridad social cuando la cuestión encubre sólo utilitarismo.

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