Dios nos manda no matar. ¿Y hemos de matar tan prontamente a un hombre porque nos ha quitado un poco de dinero? Y si los hombres saben que la Ley Divina prohíbe matar y se enteran más tarde que las leyes humanas dicen que matar es lícito, ¿no podrían hacer leyes que dijesen que son lícitos el libertinaje, la fornicación y el perjurio? Dios nos prohíbe no sólo quitar la vida a nuestros semejantes, sino quitárnosla nosotros mismos. ¿Podríamos legítimamente matarnos los unos a los otros en virtud de una ley hecha por los hombres? Y esa ley ¿tendría una fuerza tal que haría que aquellos que la cumpliesen, a pesar del precepto divino, escapasen del castigo celestial, y que tuvieran el derecho de hacer perecer a todos los que estuviesen condenados por la justicia humana? Entonces, la justicia de Dios sólo reinaría en donde le permitiera la justicia humana, y, finalmente, serían los hombres quienes determinarían en cada circunstancia hasta qué punto sería conveniente guardar los mandamientos divinos.
Esta página pretende ser un punto de referencia para el análisis de la realidad política nacional desde una perspectiva católica. Está página no pretende inducir el voto de los colombianos hacia ningún candidato específico sino proveer información respecto de la postura de los candidatos frente a la moral cristiana. Esta página no tiene ningún vínculo con el Episcopado de Colombia más allá de los sacramentos recibidos por sus integrantes.
lunes, 23 de abril de 2012
Santo Tomás Moro y la Ley Divina
Fragmento del Libro primero de la Utopía de Santo Tomás Moro:
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