El pasado 23 de diciembre, el medio digital KIENyKE publicó una nota titulada “Los lujos del Arzobispo de Medellín que contradicen al Papa” en el cual acusa a Monseñor Ricardo Tobón Restrepo de contradecir la humildad reclamada por el Papa Francisco.
A pesar de que el titular habla de “los lujos”, en plural, la nota sólo se refiere a un hecho: La compra de una casa por más de $4.000 millones, según el diario, en uno de los barrios más costosos de la ciudad, afirmando que “Al Arzobispo de Medellín, Ricardo Tobón Restrepo, le quedó pequeña la casa de 400 metros cuadrados que habitaron sus dos últimos antecesores”. Sin embargo el mismo Arzobispo respondió a Caracol Radio que no está cambiando su casa personal, sino todas las instalaciones de la cura arquidiocesana que ya no caben en las instalaciones del Prado. El arzobispo respondió que “esa no es una casa para Ricardo Tobón, es una casa para el arzobispo. Hoy estoy yo, mañana vendrá otro y así el que esté prestará su servicio a la comunidad”.
“Una junta, estudiando la necesidad de una casa arzobispal para que pueda prestar los servicios que se requiere, ha encontrado un inmueble en el sector de Castropol, entre El Poblado y el sector de San Diego, donde habría posibilidad de parqueo para los que lleguen, una sala de juntas y atender con privacidad a las personas que lo requieren. No es una búsqueda de una mansión, de un lugar suntuoso, de tener lujo, sino de un lugar adecuado para poder prestar el servicio que se requiere”, dijo.
La mala fe del periodista se acentúa aún más cuando afirma que “Hay quienes comparan la administración y el estilo de Tobón con la del fallecido Alfonso López Trujillo, quien se caracterizaba por su prepotencia, opulencia y lejanía”, ensuciando la memoria del Cardenal López Trujillo, una de las mayores figuras que el país le ha dado a la Iglesia Católica. Subrayamos de paso, la ausencia de fuentes del periodista (“hay quienes comparan”), y lo absolutamente infundado de la afirmación según nos cuenta gente de Medellín.
La tapa del artículo es el párrafo conclusivo, en que afirma, “Para que no quede duda de su poder en la Arquidiócesis de Medellín, este fin de semana el Arzobispo Tobón hizo un remesón en la organización de las parroquias de la ciudad al ordenar 60 cambios de sacerdotes párrocos”, cómo si la labor del obispo no fuera justamente esa.
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