La discusión sobre el “matrimonio” entre personas del mismo sexo había quedado en suspenso luego de que las parejas que habrían sido “casadas” por parte de jueces y notarios, y cuyos matrimonios se habrían declarado nulos en segunda instancia, terminaran presentando tutelas que llegaron ante la Corte Constitucional.
Esta semana, el magistrado Jorge Ignacio Pretelt presentó la ponencia para resolver las tutelas acumuladas, en la cual niega las pretensiones, ratificando que según la sentencia C-577 de 2011, el Congreso de la República es el único que puede modificar la definición de matrimonio contenida en el Código Civil, y por lo tanto no es válida la celebración de “matrimonios” entre personas del mismo sexo. Como es de esperarse, el lobby homosexual ahora arremete sin clemencia contra el magistrado, que además reprocha la actitud indebida de los jueces y notarios que pretendieron crear un contrato que no existe legalmente.
Gobierno anuncia “cruzada” pro-LGBT
En un foro organizado por la fundación Buen Gobierno, el Gobierno Nacional anunció su apoyo irrestricto al “matrimonio” y la adopción de menores por parte de las parejas del mismo sexo. El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, aseguró que “el Gobierno Nacional apoya a la comunidad LGTBI en su lucha por la igualdad y actuará en consecuencia, consciente de que esa igualdad pasa hoy por conseguir el matrimonio igualitario y la adopción igualitaria”.
El ministro declaró reconocer que los colombianos en su absoluta mayoría rechazan la redefinición de la familia y la cosificación de los menores, y por eso mismo no se consultará a la ciudadanía sobre estos temas: “No someteremos asuntos de derechos a las voluntades de las mayorías. El respeto de los derechos no es opcional. El Gobierno tomará las medidas reglamentarias y administrativas, en su órbita de competencia, para hacer realidad los derechos de la población LGTBI”. Por el contrario, “El Ministerio del Interior elaborará una estrategia legal para apoyar el matrimonio homosexual, la adopción igualitaria y demás derechos de la población LGBTI. Por eso, empezaremos a presentarnos ante las altas cortes en defensa de estos derechos”.
Cristo destacó que “por primera vez un Plan Nacional de Desarrollo incluyó al sector LGTBI. El Artículo 130 elevó a norma la necesidad de construir y dar seguimiento a la política pública de derechos para la población LGTBI, así como la promoción de la inclusión de medidas pro-LGTBI en planes de desarrollo departamentales, distritales y municipales”.
Mons. Córdoba contradice la fe de la Iglesia
En el mismo foro, Mons. Juan Vicente Córdoba, obispo de Fontibón, dijo que “No sabemos si alguno de los discípulos era mariconcito, no lo sabemos. Averígüelo Vargas. No sabemos si la Magdalena era lesbiana, no sabemos. Parece que no porque pues bastantes pasaron por sus piernas, pero no sabemos. Jesús nunca les dijo ‘oye Juan tú estás como muy así o muy asá. No se puede caminar de esta manera, no se vistan así’.”
Mons. Córdoba también habría dicho: “Yo les digo hermanos homosexuales y lesbianas: cuando se casen tengan hogares bonitos, tengan lo que nosotros llamamos la fidelidad, formen a sus hijos con amor, preocupados de los pobres, de los más necesitados para que haya justicia en Colombia”, "No nos oponemos a que hombres o mujeres homosexuales vivan juntos y que se amen pero en la Iglesia a eso no lo llamamos ni matrimonio mi familia (...) el matrimonio es un encargo de amor para generar vida, así lo dispuso Dios desde el principio y eso solo se puede entre hombre y mujer".
Estas declaraciones contrastan abiertamente con el testimonio de los apóstoles contenido en el Evangelio, y con la Doctrina de la Iglesia que señala como “intrínsecamente desordenadas” las tendencias homosexuales, mientras que sobre los actos homosexuales son “depravaciones graves” y no pueden recibir aprobación en ningún caso. Sobre el reconocimiento legal a estas uniones, la Iglesia determina:
Allí donde el Estado asume una actitud de tolerancia de hecho, sin implicar la existencia de una ley que explícitamente conceda un reconocimiento legal a tales formas de vida, es necesario discernir correctamente los diversos aspectos del problema. La conciencia moral exige ser testigo, en toda ocasión, de la verdad moral integral, a la cual se oponen tanto la aprobación de las relaciones homosexuales como la injusta discriminación de las personas homosexuales. Por eso, es útil hacer intervenciones discretas y prudentes, cuyo contenido podría ser, por ejemplo, el siguiente: Desenmascarar el uso instrumental o ideológico que se puede hacer de esa tolerancia; afirmar claramente el carácter inmoral de este tipo de uniones; recordar al Estado la necesidad de contener el fenómeno dentro de límites que no pongan en peligro el tejido de la moralidad pública y, sobre todo, que no expongan a las nuevas generaciones a una concepción errónea de la sexualidad y del matrimonio, que las dejaría indefensas y contribuiría, además, a la difusión del fenómeno mismo. A quienes, a partir de esta tolerancia, quieren proceder a la legitimación de derechos específicos para las personas homosexuales conviventes, es necesario recordar que la tolerancia del mal es muy diferente a su aprobación o legalización.
Ante el reconocimiento legal de las uniones homosexuales, o la equiparación legal de éstas al matrimonio con acceso a los derechos propios del mismo, es necesario oponerse en forma clara e incisiva. Hay que abstenerse de cualquier tipo de cooperación formal a la promulgación o aplicación de leyes tan gravemente injustas, y asimismo, en cuanto sea posible, de la cooperación material en el plano aplicativo. En esta materia cada cual puede reivindicar el derecho a la objeción de conciencia. (Congregación para la Doctrina de la Fe, 2003)
Como puede verse, no hay aceptación posible del reconocimiento legal a las parejas homosexuales, y mucho menos el matrimonio.
Nueva estrategia del lobby gay
Mientras tanto, el lobby homosexual está preparando una nueva estrategia para tratar de sonsacar el “matrimonio” entre personas del mismo sexo. Se trata de forzar al país a reconocer los “matrimonio” homosexuales hechos en otros países.
Según informa Semana, una pareja de homosexuales, un español y un colombiano, quisieron registrar aquí el “matrimonio” que celebraron en España, y obviamente esto les fue negado. Ahora intentarán por vía de tutela, que el país se vea obligado a reconocer estas uniones.
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