A continuación, reproducimos el artículo del abogado católico, Samuel Ángel, sobre la urgente movilización de los católicos para responder a la renegociación de los acuerdos en La Habana.
Hace algunos días el portal de internet las2Orillas hizo una investigación reseñándome como el causante de la movilización cristiana nacional que dio como resultado el triunfo del NO el pasado 2 de octubre. Esto generó grupos de base católicos a lo largo y ancho del país, unidos en torno a la defensa de la patria, de una tradición de 500 años y de una familia como hasta ahora la conocemos por mantener.
Sin embargo, en las declaraciones recientes del presidente Juan Manuel Santos en la ciudad de Londres, donde afirmó que la campaña ganadora por el NO en el pasado plebiscito “fue el resultado de una estrategia basada en desinformación y mentiras”, se trata a quienes desde el Catolicismo la impulsamos, como engañadores, y a la gente como ignorante. Frente a esto, el laicado católico colombiano se levanta una vez más y recuerda que la mayoría de votantes del país somos católicos y como católicos dimos la mayoría de los votos para el triunfo del NO.
Y ahora, nos ponemos de pie para responder al presidente Santos y manifestar nuestro desacuerdo con sus declaraciones, que ofenden al pueblo católico: Presidente, le pedimos respeto a una campaña transparente, hecha con austeridad y mística, sustentada en información veraz, y acompañada por la oración y súplica a Dios de millones de colombianos movilizados por la defensa de los intereses de la patria.
El laicado católico colombiano se levanta una vez más para decir que la oposición y los pastores evangélicos, ahora partícipes de la renegociación, no representan plenamente los intereses del pueblo católico colombiano.
Y hay razones de peso para ello. Nadie, por ejemplo, ha reclamado aún que no haya promoción y difusión de la ideología comunista con dineros públicos. No puede haber ni financiación especial para su partido, ni canal, ni emisoras, ni "centro de pensamiento". Los colombianos rechazamos la ideología comunista y no tenemos por qué financiar su difusión.
Por estas razones, de la conjunción de muchas voluntades se ha venido gestando un movimiento nacional católico que debe estar en la mesa de correcciones del acuerdo con las FARC.
El movimiento de laicos católicos de Colombia –Solidaridad–, surge para responder desde nuestra Fe, a asuntos tan delicados como los abordados en la mesa de la Habana. En los próximos días daremos nuestras impresiones sobre lo que debe tener en cuenta el acuerdo y cuáles serán nuestras líneas de acción a nivel nacional que además trascienden el tema coyuntural de los acuerdos de paz.
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