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miércoles, 24 de julio de 2013

El hambre atrasa, por Mons. Froilán Tiberio Casas Ortiz

Reproducimos el artículo de Mon. Froilán Tiberio Casas, Obsipo de Neiva, publicado en el sitio web de la CEC.

Un colega mío, de grata recordación, para referirse a aquellos que llegan a los altos cargos habiendo tenido una niñez, infancia y adolescencia, con bastantes limitaciones económicas y sociales, cuando llegan a "escalar" posiciones se vuelven tiranos. Pareciera cumplirse el proverbio: "No hay peor verdugo que aquél que ha sido esclavo". Los grandes tiranos –si se pueden llamar "grandes" a esos monstruos que ha producido la humanidad-, han provenido ordinariamente de estratos muy bajos. Líbrame Señor de los resentidos sociales, cuando llegan al poder, arrasan con todos aquellos que disientan de sus propósitos. Quien vive alimentando el odio, es un virtual asesino.

No es raro encontrar en el sector público y también en el sector privado, personas que otrora vociferaban contra el sistema y ahora son autárquicos en sus decisiones; buscan corifeos que siempre los alaben. Los dirigentes con poca materia gris en el cerebro, se rodean de bufones que tienen la lisonja a flor de labio, para satisfacer la egolatría de sus jefes. El buen gobernante es aquél que se deja asesorar por gente más preparada que él y analiza con cabeza fría sus sabias aportaciones.

Aquél que no ha tenido nada, tiene una voracidad por el tener que cuando se deja conocer el cobre, no le alcanza ningún presupuesto. Compra las cosas más excéntricas, su culto al yo le lleva a adquirir objetos exóticos para hacer alarde de su conocimiento, del que carece en grado superlativo. El bien nacido va despacio y todo lo asimila con serenidad y sentido crítico, tiene una buena jerarquía de valores y sabe tomar las decisiones que más convengan al sentido común y al entorno social que le rodea. Cuando el Imperio romano llegó al cenit del poderío tuvo emperadores con las más excéntricas costumbres. A nivel sexual, un desorden llevado a la locura, en la mayor promiscuidad en todos los aspectos. A nivel económico, no se diga, el despilfarro más aberrante. Definitivamente, la buena vida cansa y la mala amansa.

El ser humano es tan iluso que a veces no entiende sino a garrotazos. Un hijo malcriado va a ser el cáncer de la sociedad. Una persona que no ha crecido con esfuerzo y sacrificio no tendrá la capacidad de entender a los otros. La persona con hambre atrasada nunca estará saciada, siempre quiere más. Busca la manera de hacer todas las trampas posibles para enriquecerse muy rápido a base de "vivezas" y engaños. Se vuelven tan cínicos que se presentan como los salvadores de las desgracias reinantes. Tienen una habilidad como la que tienen los encantadores de serpientes que logran la aprobación del público. Un público tonto e ignorante que también busca el dinero fácil y va en la misma línea de su líder, sólo que con otro vestido, pero con el mismo cuerpo.

Cuántos en su etapa de universitarios son los más agresivos contra las instituciones con la máscara de la defensa de los pobres y cuando llegan al poder tratan a sus subalternos como a esclavos. Líbrame Señor de los resentidos sociales, están llenos de CO2, a toda hora botan pestilencias.

+ Froilán Tiberio Casas Ortiz
Obispo de Neiva

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