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martes, 19 de noviembre de 2013

Distorsionada defensa, por Mons. Libardo Ramírez

Reproducimos el editorial de Mons. Libardo Ramírez Gómez, presidente del Tribunal Eclesiástico Nacional, publicada originalmente en el sitio web de la CEC

UN PROPÓSITO AGRESIVO Y DESENFOCADO.

Con bombos y platillos, con una semana de propaganda radial, se presentó en R.C.N. Televisión, por una hora y con el mejor rating de sintonía, el programa “Especiales Pirry”, (29-10-13), dedicado a tratar de convencer a la tele-audiencia de este Pais que en su mayoría ama y respeta la Iglesia Católica, que el homosexualismo no es algo que este fuera del orden natural, como esta Iglesia y la gran mayor parte de las religiones enseñan. Sindican ir en contra de matrimonios entre personas del mismo sexo de “injusta Y fóbica persecución”.

Para poner bases a la defensa de sus tesis, dedicaron la mayor parte del programa a arremeter en forma furibunda, con manifiesta fobia, a atacar a la Iglesia, y a presentar, en forma exorbitada, fallas de algunos de sus Sacerdotes. Con la pretensión de quitarle autoridad se dio la imagen de una Iglesia solamente artífice de graves excesos cometidos en la época de la inquisición, con distorsionada versión de ser ella la ejecutora de algo que eran los gobiernos civiles los que lo realizaban.

Para tratar de acallar la voz de la Iglesia, que en consonancia con la mayoría de las religiones y civilizaciones señala como antinatural la tendencia homosexual, y que descalifica rotundamente relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, señalan sus atacantes, con intencionada exageración con datos a su acomodo fallas de Sacerdotes de ella, como sí fuera lo único que tuviera para mostrar.

Actitudes de trato benigno que ha podido haber en la Iglesia hacia algunos de sus Sacerdotes, quienes al lado de sus fallas han tenido actuaciones tantas veces meritorias, se lo señala como complicidad y ocultamiento cómplice. En forma no solo inquisidora sino demoledora se enjuicia a esta Iglesia, que, como toda comunidad compuesta por humanos tiene qué afrontar fallas de sus hijos, pero que busca, denodadamente, la enmienda de ellos.

FIRME ACTITUD DE LA IGLESIA

Es verdad comprobada que esta comunidad eclesial ha venido aplicando penas a su alcance, no con los excesos de la tan descalificada Inquisición, pero sí con normas bien definidas. En nuestros días, Papas como Juan Pablo II y Benedicto XVI han declarado “cero tolerancia”, y han dado severos llamados a Obispos que incumplan con no sancionar delitos de ese estilo. Es un hecho que se viene aplicando, con regularidad, la máxima pena de expulsión del estado clerical a quienes delincan en materia sexual con menores, a tenor del Canon 1395 Parágrafo 2.

Con refinada mala fe, con datos acomodados a su antojo para dar fuerza a su descalificación a la Iglesia, se calla la existencia en ella de esa ejemplar disciplina exigida por su Derecho en esta materia, se calla lo expresado en firmes discursos y disposiciones de los Pontífices, ante propios y extraños, en Estados Unidos o Irlanda, y ante otras varias naciones, se calla el hecho de que no hay ninguna legislación tan exigente como la de la Iglesia para permitir aplicar la “prescripción” de delitos sexuales, se calla el comprobado hecho de que por una falla que se tenga de un Sacerdote hay centenares de limpios testimonios de edificante castidad, y de vidas pulcras y sacrificadas al servicio de los más necesitados.

INFINITO NÚMERO DE TESTIMONIOS DE BIEN EN LA IGLESIA

Esos intencionados detractores de la Iglesia tratan de opacar los millares de testimonios de Jerarcas, de Sacerdotes y de laicos, a lo largo de su historia, desde los Diáconos creados para atender a los más necesitados. (Hech, 6,1-8), la atención benéfica y defensa de Papas a ciudades como Roma, y la actitud firme de Misioneros que en buena parte detuvieron, la barbarie y codicia de conquistadores. Este infinito número de testimonios de servicios a la humanidad son los que quieren que se ignoren para quitarle fuerza a una Iglesia que señala desvíos sexuales y señala lo más digno y benéfico para la humanidad.

Sin negar las fallas en el ámbito eclesial, es de justicia exigir respeto ante los innumerables servicios a la humanidad prestados a través de millares de hijos, de la Iglesia, que no se pueden desconocer, y que le dan autoridad plena para enarbolar principios bien fundamentados para bien de la comunidad humana. Allí están los testimonios de bondad de un Vicente de Paúl en Francia, a favor de pobres y de huérfanos, de un P. Damian entre los leprosos de Hanolulú; de un Pedro Claver entre los negritos de Cartagena, de una Madre Laura entre los indígenas colombianos.

Esta es la Iglesia, que con sus normas de vida y con el comportamiento ejemplar de mayoría de sus hijos, con autoridad y acompañada de la casi totalidad de confesiones religiosas y de verdaderos cultores del Derecho Natural, reclama lo verdaderamente digno y conveniente frente al caso de las prácticas homosexuales y ante “matrimonios” de un compartir sexual de personas del mismo sexo.

INTENCIONADA Y DEISENFOCADA PRESENTACIÓN DEL PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO

Intencionadamente, y distorsionando el verdadero sentido de comentarios del tan acogido Papa Francisco, se lo quiere presentar como hasta aprobando los desvíos sexuales, y el mismo aborto, cuando lo expresado por él es reclamo del trato respetuoso que se ha de dar a lo íntimo de la conciencia de cada persona, y a que no se quede la Iglesia en solo en condenas, sino que apunte a la presentación de verdades que arrastran como la respuesta a un Dios de infinita bondad, que nos invita a superar tendencia que siguen que siendo señaladas por el mismo Papa como de necesaria enmienda. Es necesarios advertir cómo el Papa Francisco ratifica que “él mismo es hijo fiel de una Iglesia” que en sus documentos, en especial en esa apretada síntesis de enseñanzas del “Catecismo de la Iglesia Católica” (nn. 235-23-59). Allí las prácticas homosexuales tienen calificativo de “intrínsecamente desordenadas” y “contrarias a la ley natural”. Con amor maternal, pero con claridad, y para bien de la humanidad, dirá siempre No a prácticas antinaturales. Se pide que en la Iglesia sus directivos deban de tener bondadosa actitud ante quien falla, pero teniendo presente que un buen padre, tiene, también, el deber de justicia de corregir a sus hijos. En esa línea es de destacar que no es su actitud la de tapar fallas, sino que, ante graves hechos comprobados de Sacerdotes, se aplica la máxima pena de la exclusión del estado clerical de quienes delincan en materia sexual con menores. Así como se piden definidas actuaciones, en estos casos, así mismo se ha de decir, y con firmeza, lo relacionado con indebidas prácticas homosexuales, contra las que se pretende silenciar a la Iglesia.

DISTORSIONADA PRESENTACIÓN DE HECHOS EQUITATIVAMENTE MANEJADOS

En busca de defensa de prácticas homosexuales, con el ánimo acallar la voz de la Iglesia se sigue haciendo obstinada presentación, a su modo, del caso del Padre Efraín Rozo, en el cual dan por sentados varios aspectos que han sido refutados claramente. La justicia de EE.UU. no porfirio condena, y en su juzgamiento eclesiástico se ha querido dar la imagen falsa de insensible tolerancia, cuando en el caso se obro con la debida equidad, al no haber tenido pruebas debidamente sustentadas para una condena. No se dejó de lado el caso por sola prescripción.

En cuanto a los Sacerdotes Vásquez Bustamante, del Guaviare, es de advertir que ha habido apertura a la verdad de parte del Obispo local, con sanción provisional, y con petición a las autoridades del Estado que apliquen las sanciones que correspondan. Se adelanta, además, proceso eclesiástico para que dentro de normas precisas de la Iglesia se apliquen, pronto, penas que deban ser ejecutadas.

- C O N C L U S I Ó N-

Con exagerados o distorsionados hechos negativos en personas de Iglesia no se prueba la bondad de conductas homosexuales, ni, menos, darle categoría de “matrimonio” a uniones maritales de ese género. La Iglesia no está en labor persecutoria de homosexuales, pero tiene el deber de enseñar su dignificante mensaje.

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