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jueves, 5 de marzo de 2015

Hipocresía: Caracol encubre a sacerdotes homosexuales

El Canal Caracol ha hecho un documental titulado “El secreto bajo las sotanas” para presentarlo en dos partes, una el domingo 1 de marzo, y otra el domingo siguiente, en el cual se presenta ciertas imágenes que comprobarían que hay sacerdotes que llevan una doble vida como homosexuales activos. Aunque por los comerciales que lo anunciaban, y el tono de las presentadoras se pudiera pensar que el propósito del documental fuera la denuncia de la infiltración homosexual entre el clero católico, al verlo se comprueba que en realidad la producción se siente cómoda con los hechos presentados y por el contrario refleja una profunda inquina contra la Iglesia Católica.

Revanchismo por la adopción gay

Los primeros comentarios sobre el documental, lo acusaban de ser una “venganza contra la Iglesia” por el reciente fallo de la Corte Constitucional en el que se negaron las pretensiones del lobby gay de permitir la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo. Esto, que creímos se trató de interpretaciones personales, resulta ser una descripción fiel de lo expresado por las presentadoras desde el puro inicio del documental. Es imposible no verlo y darse cuenta de inmediato que alguien en Caracol está emponzoñado contra la Iglesia, y el personal de Séptimo Día parece estar de acuerdo con esa rabia enquistada.

Inverificabilidad de los hechos presentados

Una de los elementos característicos del programa es que absolutamente todos los hechos presentados son inverificables para el público. La mayor parte del programa está basado en entrevistas a dos periodistas italianos del diario La Reppublica, diario más anticatólico de Italia,  testimonios de personas que se supone estuvieron involucradas con sacerdotes homosexuales y una gran colección de rumores de los que no se presenta fuente alguna. Es muy llamativo, por ejemplo, que la periodista, parada en la Plaza de San Pedro, diga que según los homosexuales, ese es uno de los lugares donde las aplicaciones de contacto gay más detecta homosexuales disponibles, pero no haya hecho la prueba ante las cámaras para corroborar tal información. Afirman también que la Iglesia guardó silencio sobre las revelaciones de la revista Panorama, pero una breve búsqueda de noticias muestra que la Iglesia se pronunció sobre el caso y prometió sanciones contra los tres sacerdotes involucrados.

Expresiones sin sentido

El documental entero está plagado de expresiones absurdas y contradictorias, que reflejan un desconocimiento absoluto de la naturaleza y la realidad de la Iglesia. Frases como “Un pronunciamiento que conmocionó no sólo a la Iglesia Católica, sino a cientos de fieles en el mundo entero”, “El Cardenal Darío Castrillón que es el más alto jerarca de la Iglesia Católica en Colombia ante el Vaticano”, “una de las maneras de encontrar más fieles es con la apertura de una Iglesia más moderna, que le ponga la cara a temas tan polémicos como este”, “un secreto a voces del que casi nadie se atreve a hablar, no por la inclinación sexual de ciertos sacerdotes, sino por el pecado que esto significa”, “Otra cosa es que el sacerdote por un lado ejerza su sacerdocio, y cuando no es sacerdote haga otra cosa y lleve una vida sexual libre”, muestran una completa falta de información sobre el tema del que pretenden hablar.

Recorte y reducción extrema de documentos magisteriales e intervenciones de obispos

Una de las pruebas de la mala fe contra la Iglesia por parte del equipo de producción del documental, es la minimización hasta el extremo de la voz de la Iglesia. Aunque en el programa son entrevistados cuatro obispos, sus intervenciones son recortadas y no sé les escucha más que algunas frases aisladas. Otro tanto ocurre con los documentos e intervenciones pontificias, de los que extraen frases cortas, impidiendo a la audiencia conocer realmente el sentido de las expresiones de los papas. Mencionan el tan quemado “¿Quién soy yo para juzgar?” de la vuelta de la JMJ de Río en 2013, pero omiten las recientes declaraciones del Papa Francisco en Manila, en las que calificó a la agenda gay de “colonización ideológica que busca destruir a la familia”, o cuando saludó el referendo eslovaco para prohibir el “matrimonio” entre personas del mismo sexo.

La existencia del lobby gay en la Iglesia

Nadie va a negar la infiltración del movimiento homosexual dentro de la Iglesia Católica. Efectivamente, la Iglesia Católica atraviesa por una crisis en el clero desde el Concilio Vaticano II cuando ciertos obispos permitieron, cuando no promovieron, la difusión de diversas herejías al interior de sus diócesis, junto a un relajamiento general de la disciplina y la formación al interior de los seminarios. Así, bajo la negligencia y permisión de unos pastores, se fue gestando una red subterránea de influencias y complicidades entre homosexuales encubiertos. Esa misma red fue la que permitió, encubrió, y obstaculizó las investigaciones contra los casos de abuso sexual contra menores, y esa misma red es la que está moviendo sus influencias para que el Sínodo de la Familia, que se reúne en octubre próximo apruebe una reevaluación moral de la homosexualidad, contra la Doctrina contenida en el Evangelio.

¿Cuántos son? Es imposible saberlo, por su carácter encubierto. Cifras estrambóticas como las presentadas por el ex cura hereje, Franco Barbero que habla de “7000 en sólo Italia” o el ya varias veces desmentido Richard Sipe que dice que “30% del clero es homosexual” contrastan abiertamente con la expresión del periodista de la revista Panorama que dice que “me ha impactado la soledad de de estos sacerdotes”. Sin duda alguna que a través de corromper espacios, han pasado de ser casos aislados, que debían aparentar ortodoxia para permanecer encubiertos, a infiltrar incluso la curia romana y darse el lujo de desafiar abiertamente la moral sexual de la Iglesia y reclamar su alteración.

El encubrimiento que hace el canal Caracol

En este sentido. ¿Cuál es el propósito del documental del Canal Caracol? Por el tono de indignación que usan las presentadoras, podría pensarse que están queriendo denunciar la doble vida de estos clérigos homosexuales. Sin embargo, a lo largo de todo el programa insisten una y otra vez en que los actos homosexuales de tales clérigos, “no son un delito, ni un crimen, sólo un pecado”, como excusa para no revelar los nombres ni las identidades de los curas infieles. Para información de los productores de Séptimo Día, la violación del celibato y el voto de castidad por parte de sacerdotes o religiosos, constituye un delito, según los cánones 1394 y 1395 del Código de Derecho Canónico. Por lo tanto, cuando el Canal Caracol impide a la Iglesia, jerarquía y fieles, conocer la identidad de estos sacerdotes que traicionan su orden sacerdotal, está encubriendo de forma cómplice tales ultrajes contra la Iglesia.

Queda en evidencia la hipocresía de los productores del documental y de las presentadoras, que fingen indignación y escándalo al conocer de tales violaciones contra el sexto mandamiento, a la vez que colaboran con la perpetuación de la mafia homosexual que busca subvertir a la Iglesia de Cristo contra su Señor.

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