Reproducimos el siguiente artículo del P. Mario García Isaza, formador del seminario arquidiocesano de Ibagué.
Circula hoy por las redes un video, en el cual el Santo Padre Francisco habla de Colombia, del acuerdo gobierno-FARC y del plebiscito; y medios de comunicación como El Tiempo le hacen eco clamoroso a ese documento visual y a su contenido. El más ligero análisis permite descubrir la infame manipulación oficial de la persona del Papa que hay en todo ello. No solamente por la evidente edición de sus palabras, sino por lo extemporáneo de su publicación, en vísperas de la jornada de votación, por el sesgo tramposo con que se quiere hacer decir al Sumo Pontífice que los que votaremos NO estamos deseando que continúe la guerra, por el inocultable propósito de descontextualizar lo que el Santo Padre dice y hace.
Al Santo Padre le profesamos filial y reverente acatamiento; somos sus hijos, y sus enseñanzas son y serán siempre para nosotros guía en el camino, norma ineludible en nuestro comportamiento. Y, precisamente por eso, nos duele profundamente que, como parte de la infame campaña oficial por el SI se instrumentalicen con fines protervos las palabras y a la persona misma de Papa. Me pregunto: ¿hasta dónde llegará la avilantez y la malicia oficial? Lo que hoy han hecho, constituye una injuria y un irrespeto incalificable, que bien merecerían una voz de protesta altiva y paladina de todos los católicos, e incluso de todas las personas con alguna probidad mental.
No nos dejemos confundir. El Santo Padre en ninguna parte nos dice que votar NO es propender por la continuación de la guerra; si acaso dijo lo que en el inicuo video aparece, se estaría quizá refiriendo a quienes sí buscan la violencia: el ELN, las BACRIM, las mismas FARC en sus grupos disidentes, etc; pero no los colombianos honestos que queremos cerrarle el paso al proyecto de país socialista y ateo que está en marcha en el malhadado acuerdo final. Votemos, y hagámoslo, siguiendo la orientación de nuestros Pastores: EN CONCIENCIA, sin dejarnos desorientas por los corifeos de la campaña anticristiana que quiere destruir los fundamentos morales de la sociedad colombiana.
Mario García Isaza
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