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sábado, 8 de octubre de 2016

Lobby LGBTI busca mantener el “enfoque de género y diversidad sexual” en el acuerdo con las FARC

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El pasado jueves una delegación del lobby LGBTI pidió una cita con el presidente Juan Manuel Santos, con el propósito de pedirle que mantenga el “enfoque de género y diversidad sexual” en los acuerdos de La Habana con las FARC. Así lo recoge El Espectador, con subrayas nuestras:

Las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales apoyan y respaldan el acuerdo de paz con la guerrilla. “Vemos en la validación de los Acuerdos de la Habana mediante un plebiscito, como una apuesta para convocar a todo el país para manifestarse al respecto y reconocemos los esfuerzos de las diferentes partes involucradas para respetar tal convocatoria”.

Sin embargo, piden a la sociedad y a las partes que hoy intentan buscar una solución para implementar lo pactado no usar los derechos obtenidos por los LGBTI en los últimos años “para generar odio, miedo, fragmentar y desinformar a la sociedad”. Esta solicitud se refiere a la supuesta introducción de la “ideología de género” en el acuerdo de paz, una tesis desmentida por el equipo negociador del Gobierno y que fue usada para generar confusión.

“Rechazamos que las luchas sociales de los movimientos de mujeres y de sectores sociales LGBT sean estigmatizadas como ideologías foráneas o contrarias al bienestar social. No compartimos que los derechos de ningún sector social excluido o marginalizado como el nuestro y otros más, sean sometidos a las decisiones de mayorías, incluyendo los derechos de minorías políticas, sociales, étnicas o religiosas”, aseguran los activistas.

El movimiento sostiene que seguirá trabajando por la paz y pide al Estado encontrar pronto soluciones que no dilaten el proceso  iniciado con la firma de los Acuerdos de la Habana y paren la guerra. “Y que no se nos excluya de la posibilidad de vivir y participar en la construcción de una sociedad democrática y plural, manteniendo el enfoque de género y diversidad sexual en los acuerdos”.

Cabe resaltar que es el periodista de El Espectador, el que identifica “los derechos obtenidos por los LGBTI en los últimos años” con “la supuesta introducción de la “ideología de género”, como reconociendo que el “enfoque de género” que aparece 114 veces mencionado a lo largo de todo el texto está directamente ligados con los “derechos LGBTI”. (entiéndase “matrimonio” y adopción gay, cambio de sexo, “diversidad sexual” en los colegios, etc.) Resulta cuando menos paradójico, que una intervención que apunta a negar la presencia de “ideología de género” en los acuerdos, en realidad viene a confirmarla. De otro modo, no se entiende el interés tan poderoso del lobby gay de que el “enfoque de género y diversidad sexual” sea mantenido en los acuerdos de La Habana.

Se trata de la misma contradicción que vimos en la ex ministra de Educación, Gina Parody, contra las marchas del 10 de Agosto. La ministra negó publicamente que la revisión de manuales de convivencia estuviera impulsada por la Ideología de Género, más aún, negó que existiera algo llamado Ideología de Género, para acto seguido reafirmar sus mismos postulados, que defienden la homosexualidad y la transexualidad como opciones “naturales” para niños y jóvenes.

Son muchos los que han salido a negar que el “enfoque de género y diversidad sexual” que aparece a lo largo y ancho de los acuerdos, corresponda con la Ideología de Género, incluso obispos. Monseñor Camilo Castrellón, obispo de Barrancabermeja ha dicho en los medios que “El acuerdo de la Habana no es malo, es el mejor que hemos tenido. Se puede mejorar porque en la metodología faltó más inclusión pero debo decir que argumentos como la imposición de la ideología de género en los acuerdos no tiene cabida. Allí no se está imponiendo la ideología de género ni la impunidad, eso no es verdad.” Valga recordar que ante la marcha del 10 de Agosto contra la imposición de la Ideología de Género, el obispo publicó un tímido comunicado en que anunciaba que la Arquidiócesis no participaría de las marchas, aunque invitaba a la defensa de la familia. Lamentablemente, hemos sabido, de personas que trabajan en medios católicos vinculados a las diócesis, que después de las marchas se les pidió bajar la voz sobre la ideología de género con tal de no perjudicar el proceso de paz.

Valga mencionar que, contrario a las afirmaciones mediáticas de que el tema de la Ideología de Género en los acuerdos fue una invención del Centro Democrático para poner a los padres en contra del proceso de paz, la primera denuncia acerca de la inclusión de la Ideología de Género, vino del Secretario Adjunto de la Conferencia Episcopal de Colombia para las relaciones con el Estado, Mons. Pedro Mercado Cepeda, que en su artículo convocando a las marchas decía:

Este enfoque ideológico, que el Cardenal Salazar ha definido como “peligroso y destructivo”, no ha sido invención de la Ministra Parody. Se ha convertido en pieza imprescindible de las políticas estatales, no solo de este gobierno, que –hay que reconocerlo y denunciarlo- ha terminado potenciando la nefasta influencia de esta ideología, hasta el punto de incluir sus postulados en el texto de los acuerdos de paz. Es pues claro, que el problema al que nos enfrentamos es mucho mayor y más grave que el de las modificaciones de los manuales de convivencia escolar. La ideología de género, incluida en los acuerdos de paz, entrará –sin mayores debates- a hacer parte de nuestro ordenamiento constitucional. Algo se tendrá que decir también sobre esto…

Los defensores de los acuerdos con las FARC han dicho que la expresión “enfoque de género” se refiere exclusivamente al trato diferenciado hacia las mujeres víctimas del conflicto, y la igualdad de oportunidades de las mujeres en los programas de reparación. Esto, no obstante ha sido desmentido por los mismos miembros de la “subcomisión de género” que redactó la inclusión de tal enfoque:

-¿El enfoque de género de los acuerdos está limitado a la mujer?

El enfoque de género, después de desarrollos increíbles que ha tenido esta manera de leer la realidad, habla de las relaciones de poder que existen en la sociedad. Y no solamente devela las relaciones de poder sino la manera como se comportan y se construyen los géneros dentro de la sociedad. Y la sociedad, al menos la colombiana, ha sido constituida a través de una mirada donde hay dos géneros: femenino y masculino. Esto ha sido producto de una construcción cultural que ha determinado que hay una manera de ser mujer y una manera de ser hombre. 

Pero resulta que los seres humanos se comportan de maneras más diversas. Hay múltiples maneras de ser mujer y hombre. Y no una manera hegemónica de serlo. Eso genera debates muy interesantes. Por ejemplo, decir que toda personas humana tienen en sí lo masculino y lo femenino, como parte de su propia dinámica. Ahí aparece una teoría sobre los múltiples géneros; entonces hay mujeres y hombres tradicionales heterosexuales, pero también lesbianas, gays, transexuales, y todas esas formas que hay de ser hombres o mujeres.

Lo importante que aporta la teoría de género es que no hay géneros hegemónicos. Hay una gran diversidad de expresiones frente al género. Esto es muy importante, porque en este proceso de paz, las organizaciones LGBTI también han sido convocadas a hacer parte de la discusión. Eso es demasiado novedoso. Nunca habían sido convocadas a un acuerdo de paz. Así como el eje de las víctimas fue tan importante, en el tema de género son claves las conversaciones no hegemónicas; es decir, no solamente con mujeres, no solamente con hombres, sino que la población en su diversidad ha podido expresar cómo el conflicto la ha afectado y cómo tener acciones afirmativas para que las distintas expresiones de género puedan tener condiciones adecuadas en derechos.

Estas declaraciones coinciden perfectamente con el discurso de Humberto de la Calle, jefe de la delegación de gobierno, en que dejó claro que la concepción de género incluida en los acuerdos iba “más allá de l concepción de género tradicional”. A confesión de parte, relevo de prueba, dice un viejo adagio del derecho. Como si fuera poco, el interés del lobby LGBTI de que el “enfoque de género y diversidad sexual” se mantenga en los acuerdos, demuestra la importancia de tal concepto en su agenda política. De lo contrario aceptarían de sumo grado que fuera reemplazado por una expresión inocua.

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