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lunes, 9 de enero de 2017

“Estamos frente a una amenaza, porque la sociedad va a profundizar su fractura”: Alejandro Ordóñez

corte_puede_corregir_su_fallo_anterior_procurador_ordonezReproducimos la entrevista que el Sr. Valdis Grinsteins, corresponsal de la revista Polonia Christiana, tuvo oportunidad de hacer al ex Procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado, sobre la derrota del gobierno nacional en el plebiscito del 2 de Octubre, la postura de los Obispos y la decisión del presidente Santos de imponer la implementación de los acuerdos a través del Congreso. Traducción de San Elías.org

PCH: ¿Cómo ve Ud. la posición del Episcopado en este proceso de paz?

AO: Ha habido declaraciones por parte del Presidente de la Conferencia Episcopal que han desorientado a los católicos, porque pretendieron inducir a la opinión publica católica a que votara afirmativamente en el acuerdo de paz con argumentos emotivos, que era mejor la paz que la guerra. Con esto desarmaban psicológicamente los católicos. Esta estrategia no tuvo, Gracias a Dios, ningún efecto. De la misma posición fue el Cardenal Rubén Salazar, quien durante todo el proceso de La Habana avaló los acuerdos. Pero es importante reconocer que hubo varios obispos que tuvieron la independencia y la claridad necesaria para advertir a los católicos colombianos. Digamos que hubo un contraste en la directiva del episcopado. El Presidente de la Conferencia Episcopal y el Cardenal fueron muy proclives al acuerdo, pero hubo otros sectores que fueron críticos.

PCH: ¿Ud. diría que los que fueron favorables al acuerdo fueron ingenuos?

AO: Dándoles el beneficio de la duda podemos decir que fueron ingenuos, pero es difícil ser ingenuos. No solo conociendo a las FARC, sino conociendo la magnitud de las concesiones dadas. Es increíble que los obispos referidos no hubieran advertido a los católicos cómo se pretendía elevar a norma constitucional los principios esenciales de la ideología de género, como bien lo reconocieron los negociadores de La Habana. Fueron los grupos de laicos católicos quienes primero advirtieron y lograron que la opinión pública reaccionara de manera muy inesperada.

Porque yo creo que lo que pasó en Colombia fue un auténtico milagro, puesto que no era razonable que el gobierno y todos los intereses que estaban implicados en el acuerdo fueron derrotados.

PCH: Era todo el poder del Estado…

AO: ¡Es que estábamos peleando contra el mundo¡ Contra 15 partidos políticos, contra un gobierno que abusó del poder, que abusó de los recursos públicos, que chantajeó a la opinión pública, que chantajeó a los gobernadores, que acudió a estrategias de guerra psicológica para  amedrentar y atemorizar a la opinión pública. Decía: “Si ustedes votan contra el acuerdo habrá guerra terrorista, habrá nuevos impuestos.” Peleábamos contra el sector privado, que prefirió defender sus intereses y sacrificar los principios. Peleábamos contra las Naciones Unidas, contra la Unión Europea, contra los Estados Unidos…!incluso contra el Papa¡ El Papa Francisco dos días antes del plebiscito dio unas declaraciones que desalentaron a muchos laicos que estábamos pidiendo votar No al plebiscito por temas de carácter moral, porque veíamos que la familia y la niñez iban a ser colonizadas por la ideología de género. Eso fue una bofetada de nuestros pastores a quienes por razones morales y doctrinarias estábamos objetando el acuerdo de La Habana.

PCH: A mí no me parece correcto el intento del Presidente Santos de no llamar a un nuevo plebiscito para la ratificación del nuevo acuerdo. El voto en el Parlamento puede ser legal, pero me parece que con esto la autoridad queda en una mala posición…

AO: Lo que Ud. dice es así. Si bien jurídicamente y constitucionalmente se puede [ratificar por el parlamento] esa no es la discusión. La discusión es moral y es política. El Presidente se comprometió con los colombianos a que ellos tendrían la última palabra. Y como el pueblo rechaza el acuerdo ahora incumple su palabra. Le usurpa al pueblo colombiano esa esperanza, esa posibilidad que el mismo le había concedido, para que sea el Congreso. Congreso que fue derrotado en el plebiscito. Porque el 90% de los senadores y el 80% de los diputados fueron derrotados. Y ellos que fueron derrotados son los que van a aprobar lo que el Presidente llama nuevo acuerdo. Pero eso de nuevo no tiene casi nada. En lo esencial el acuerdo viejo permanece.

Estamos frente a una amenaza, porque la sociedad va a profundizar su fractura. Estamos ante el desconocimiento de la decisión mayoritaria de los colombianos. Para usar una expresión colombiana: “nos están haciendo conejo” [Nos están engañando, estafando]. Eso deslegitima nuestro sistema político. Eso le hace perder credibilidad y seriedad. Se pretende por esa vía revivir una figura que expresa claramente que estamos en un gobierno autoritario. Puesto que por la vía de refrendar el acuerdo por el Congreso se pretende revivir las leyes habilitantes que se habían otorgado al presidente por el  acto legislativo para la Paz. Este acto estaba condicionado al triunfo en el plebiscito. Como el plebiscito fue derrotado no se pueden activar esas facultades habilitantes. Producida la refrendación por el Congreso pretenden revivir estas facultades, que son abiertamente autoritarias. Es como en Venezuela, donde el Presidente asume funciones legislativas sin el Congreso.

PCH: Muchas gracias por la entrevista.

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