Reproducimos el artículo de Mons. Ricardo Tobón Restrepo, Arzobispo de Medellín, publicado originalmente en el sitio web de la CEC.
Escrito por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - Joseph Overton, politólogo norteamericano, creó una teoría política y desarrolló la respectiva metodología, según la cual es posible cambiar la actitud de cualquier persona para que se acostumbre a conceptos considerados totalmente inaceptables. Esta técnica, conocida como "Ventana de Overton", propone una serie de acciones concretas para introducir ideas en una sociedad sin ideales claros y en la que la percepción del bien y el mal no esté siempre bien establecida. De esta manera, una idea inaceptable, se discute, se propaga, se defiende y, finalmente, se impone legalmente.
No se trata de un lavado de cerebro sino de una tecnología más sutil, que permite que una idea éticamente inconcebible y repugnante a la moral pública sea masivamente aceptada, legalizada y asimilada por la conciencia social. Se toma como ejemplo la idea del canibalismo, que la sociedad rechazaría de manera contundente, para mostrar cómo se pueden manejar las cosas para pasar de algo rechazado como absurdo hasta llegar a algo legal que se acoge sin dificultad y se convierte incluso en obligatorio. Se trata, simplemente, de ir recorriendo, paso a paso, todas las etapas de la ventana.
Overton, en efecto, concibió un proceso en el que se van llevando las ideas de lo impensable a lo radical, de lo radical a lo aceptable, de lo aceptable a lo sensato, de lo sensato a lo popular y de lo popular a lo político. El proceso incluye tácticas como ampararse en la libertad de expresión, trasladar la cuestión a la esfera científica, manejar estratégicamente los medios de comunicación, suscitar la discusión pública llamando intolerante al que no acepte, valerse de eufemismos para cambiar el nombre y la identidad a las cosas, crear referentes históricos o literarios para mostrar que todo es posible y legítimo, recurrir a la humanización de los partidarios del fenómeno mostrándolos como víctimas e impulsar todo con grupos de presión.
En las últimas etapas del "movimiento de la ventana", la sociedad va sufriendo una ruptura, pues se alteran los principios y las normas de la existencia humana o sencillamente se destruyen con la adopción y aplicación de nuevas leyes. Así se pasa de la libertad de expresión a la deshumanización y se eliminan los límites que protegen de la autodestrucción. Un periodista decía que esta técnica, al lograr con una aplicación sistemática y coherente cambiar la actitud popular sobre los conceptos sin que la misma sociedad se dé cuenta, "puede ser una arma más eficaz que la carga nuclear para destruir comunidades humanas".
Debemos estar atentos porque con procedimientos como éste nos están llevando a ver el delito del aborto como un derecho, cualquier tipo de relación como familia, nuevas formas de guerra como paz, el suicidio como exigencia de una muerte digna y, dentro del ejercicio académico propuesto, hasta el canibalismo como antropofilia. Siempre es posible la manipulación de las personas y la imposición de políticas públicas por alianzas con la mentira. Esto nos lleva a comprender la urgencia de una profunda unidad eclesial, de una evangelización a fondo, de una pastoral de conjunto y, sobre todo, de ponernos en las manos de Dios con un corazón humilde y arrepentido. Cuando miramos a través de la Ventana de Overton no vemos sino que "los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz".
+ Ricardo Tobón Restrepo
Arzobispo de Medellín
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