“Fomentamos la libertad de expresión por encima de todo y defendemos el derecho de todo el mundo a manifestar su opinión, aunque sea impopular.” dice el aviso de Youtube remitido a Lazos de Amor Mariano, para luego decir “No obstante, Youtube no permite los discursos de incitación al odio”. Youtube reconoce que “el limite entre un discurso de este tipo y otro que no lo es parece estar difuso”, por lo que invita a la autocensura, claro, en nombre de la libertad de expresión.
Justamente hace unos días, el fundador de Facebook Marck Zuckerberg, tuvo que comparecer ante el Congreso de los Estados Unidos por el escándalo de filtración de datos personales para su uso en marketing electoral. En medio de la audiencia, varios senadores le preguntaron por la censura de Facebook contra páginas católicas y conservadoras. Zuckerberg tuvo que reconocer que los algoritmos contra “discursos de odio” habían censurado páginas de derecha exclusivamente. Se habían censurado páginas provida pero no a Planned Parenthood. Además, cuando se le preguntó sobre la definición concreta de “discurso de odio”, Zuckerberg fue incapaz de responder.
¿Cómo puede haber un algoritmo de censura de “crímenes de odio” sin una definición precisa de los mismos? En el fondo, lo que estamos viendo es el uso indiscriminado de un significante vacío (crímenes de odio) detrás del cual se alberga la pretensión iquierdista de controlar el lenguaje y censurar toda expresión que no esté dentro de sus marcos ideológicos. En este caso, se trató de una conferencia de la Dra. Gloria Naranjo, abogada especialista en bioética, en la cual expone la construcción histórica e imposición política de la ideología de género, que por incómoda para la agenda LGBT terminó censurada.
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