(Sacro y Profano: 8/09/12) No sólo una. Dos audiencias canceló el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, con el Papa Benedicto XVI. Las citas ya estaban concedidas y el protocolo preparado, pero desde Bogotá las aplazaron por diversos motivos. A más de dos años de haber tomado posesión, el mandatario aún no se entrevistó con el pontífice y no se sabe para cuándo podrá tener lugar ese encuentro.
A horas de dejar su puesto de embajador colombiano ante la Santa Sede, Cesar Mauricio Velásquez Ossa confesó ese y otros detalles en una entrevista para el Vatican Insider. El próximo miércoles 12 de septiembre el diplomático será recibido en audiencia de despedida por el líder católico y con ello cerrará su misión. Esta misma semana se espera en Roma la llegada de su sucesor, Germán Cardona Gutiérrez, cuyo nombramiento generó un percance en mayo pasado cuando Santos lo anunció sin contar con el visto bueno vaticano.
Para Velasquez Ossa la paz en Colombia sólo podrá ser duradera y estable si se logra con verdad, justicia y reparación. Y la Iglesia católica no puede ocupar el rol de “convidada de piedra” en las negociaciones de cara al fin de las hostilidades entre el gobierno y la guerrilla en ese país sudamericano.
Apenas unos días atrás la administración del presidente anunció el inicio de conversaciones formales con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El objetivo: lograr la pacificación de un conflicto que dura desde hace más de 50 años y ya dejó cientos de víctimas. ¿Se logrará? A ese y otros temas se refirió el embajador. Como la posible visita papal a su país, deseo de miles de colombianos.
El gobierno de Colombia anunció el comienzo de un proceso de negociación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. ¿Qué se puede esperar de esta noticia?
Todos queremos la paz. Por desgracia el terrorismo la quiere sin verdad. Es imposible la paz y la reconciliación sin verdad, sin justicia y sin reparación. Para empezar es bueno reconocer que la gran masa de esa guerrilla es narcotráfico, no revolucionarios de otras décadas. En los últimos años han cometido delitos de lesa humanidad y viven del dinero de las drogas y del secuestro de personas inocentes.
¿Existe la esperanza real de una paz duradera y estable para este conflicto?
Será estable y duradera si se logra con verdad, justicia y reparación. La paz no es la firma de papeles o entrega de armas, la paz es fruto de la verdad con justicia.
¿Cuál es el papel de la Iglesia en esta negociación?
No puede ser convidada de piedra. La Iglesia debe exigir verdad y transparencia en este proceso. Debe estar del lado de la víctimas, de los más débiles, de los más pobres y desprotegidos. La iglesia es la única institución en Colombia capaz de disponer la cabeza y el corazón de las personas para el perdón, y en consecuencia para la reconciliación.
¿Y de las otras instituciones sociales?
Participación activa para que el valor de la vida humana prime sobre intereses politiqueros o de grupos. Veeduría permanente del proceso para que un grupo de señalados no decida sobre el destino de millones de personas que piden verdad, justicia y reparación.
Se habla mucho de un posible viaje del Papa a Colombia, ¿se podrá concretar?
Por mi parte hice todas las gestiones posibles y en dos ocasiones el Papa me manifestó su deseo de ir a nuestra tierra. Para concretar el viaje es determinante la indicación de sus médicos. Seguiré trabajando en este propósito.
¿El nuevo embajador continuará con esa gestión?
Tengo entendido que el nuevo Embajador, por encargo del Presidente Santos, viene con esa misión. Incluso se habla de llevar el Papa a Medellín. El pan quedó listo en el horno, ojalá termine bien la gestión.
¿El presidente Santos vendrá a finalmente al Vaticano? ¿Su presencia podría ayudar al deseado viaje papal?
No lo sé. En los últimos años el Papa concedió dos audiencias al Presidente, pero faltando pocos días se cancelaron desde Bogotá. Al inicio de este año vino el señor Vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón con su familia, fue una visita muy grata.
¿Cómo acaba su gestión?
Me propuse una labor diplomática a favor de los más pobres y de los colombianos que sufren y esto lo alcanzamos. Logramos conseguir ayudas millonarias para muchos colombianos damnificados de las últimas tragedias; acompañar a las víctimas de la violencia; promover proyectos productivos en zonas rurales del país; impulsar la participación de miles de jóvenes en procesos de integración y educación. Por ejemplo, a la Jornada Mundial de la Juventud del año pasado en Madrid, gracias al apoyo de amigos y empresas patrocinadoras, fueron más de 4 mil colombianos, una cifra nunca antes alcanzada. Sin duda nos hemos integrado más al mundo.
¿Qué hará al dejar el cargo?
Con toda ilusión continúo en la vida universitaria. Después de seis años de intensa actividad al servicio del país, debo terminar la tesis doctoral en comunicación, trabajar en grupos de investigación y compartir con universitarios del mundo. El buen futuro está en la educación.
¿Y en el periodismo o la política?
Llevo en la sangre el periodismo y espero volver a las redacciones, pero no es el momento. Y la política, como servicio, es una constante en mi vida.
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