Yesid Reyes Alvarado, Julissa Mantilla y Rodrigo Uprimny son tres de los siete juristas que integran la Comisión Asesora del Estado para el Diseño de la Política Criminal, que propuso la liberalización del aborto.
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La Comisión Asesora de Política Criminal, conformada por el Viceministro de Justica, Farid Benavides Vanegas, como también por Iván González Amado, Yesid Reyes Alvarado, Camilo Sampedro Arrubla, Iván Orozco Abad y Rodrigo Uprimny Yepes, acaba de presentar un informe con el cual se propone una reforma general al sistema penal colombiano. La reforma podría resumirse en la frase: “si no puedes con ellos, úneteles”, pues a lo largo de todo el texto el planteamiento permanente es que ante el aumento del crimen lo único que puede hacerse es dejar de perseguirlo y así este descenderá (en nuestra imaginación). Un claro ejemplo es que revive el funesto tema del “delito político”, que algún reputado ex-magistrado describió como “matar para que la gente viva mejor”, según el cual un homicidio puede ser atenuado si ha sido cometido en nombre de una ideología. También invita a la legalización de las drogas para que el gobierno deje de perseguir a los carteles del narcotráfico y estos puedan seguir en el negocio sin delinquir.
Pero lo que resulta más grave, es que propone abiertamente una ampliación de los supuestos con que la Corte Constitucional despenalizó el aborto, o una ampliación total limitada únicamente por el número de semanas de gestación, alegando que sólo así se podrán reducir los índices de abortos clandestinos y de muertes por aborto (Cifras que como ya hemos visto, son absolutamente irreales pues están basadas en opiniones y además infladas artificialmente). Pero aún más ridículo resulta la propuesta de debate:
La Comisión de Política Criminal, que el martes recomendara al Gobierno Nacional la despenalización total del aborto, pidió que se abra un debate amplio, donde participen desde la academia hasta las confesiones religiosas, pero advirtió que la decisión la tomará el estado laico sin interferencias morales o confesionales.
Es decir, palabras más, palabras menos, que se hará como que todo el mundo participa de la discusión, se aparentará que todos tienen la palabra, pero al final la decisión será tomada por la élite de fanáticos anti-católicos en nombre de la cultura de la muerte, y a espaldas de las verdaderas convicciones de la gente. “sin interferencias morales”, sutil forma de decir que admiten que su proyecto tiene a la inmoralidad y la corrupción como fin último.
Sin más preámbulos, aquí está el Informe:
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