El día de hoy el diario El Tiempo publicó un artículo firmado por María Camila Hoyos, de la Universidad Javeriana, en el cual explota los sentimientos subjetivos de mujer que abortó a su hijo, para presionar por una ampliación de las causales de despenalización del aborto en Colombia. Cabe recordar que en la sentencia C-355 de 2006 se despenalizó el aborto únicamente por malformaciones incompatibles con la vida, sin embargo, se ha denunciado que bajo la causal “riesgo para la salud de la madre” se ha encubierto abortos por cualquier motivo.
El artículo carece de argumentos cómo tal. Todo él es una larga exposición de los sentimientos de una mujer, en los cuales dan por justificado el aborto de un niño con un cambio en el número cromosómico (El artículo no especifica cuál), pero perfectamente viable. Veamos algunos ejemplos:
Cristina se enteró del trágico significado de la palabra aneuploidía en una búsqueda solitaria en Internet. “Una aneuploidía es un cambio en el número cromosómico, un síndrome o alguna enfermedad genética. A mí se me cayó el mundo, de ahí para adelante solo lloré”. No solo presentaba una aneuploidía sino que también sufría de problemas cardiacos que con cada examen se hacían más graves.
En ese momento empezó a contemplar el aborto, una decisión por la que ya había tenido que pasar, porque cuando conoció a Javier y tuvo sus primeras relaciones sexuales con él quedó embarazada. Lo interrumpió porque consideró que estaba muy joven para tener un hijo y porque en su casa materna las relaciones eran muy tensas.
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Cristina tomó la decisión de abortar. A sus 23 años y con su capacidad económica sabía que ni ella ni su esposo podrían brindarle la atención necesaria a su hijo. “Nosotros queremos criar a un niño para el mundo, que sea independiente, que tenga todas las posibilidades y nosotros no teníamos el ambiente necesario para brindarle una buena vida a ese bebé. Preferimos que no viniera. Su problema cardiaco lo hacía todo más difícil”.
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Cristina no se arrepiente por más que la cuestionen. Dice que su sexto sentido de madre la hace sentir tranquila. “Yo esperé hasta el último instante para darle la oportunidad. Había días en los que le hablaba y le decía que la decisión era lo mejor para él. Para mí, él es mi angelito”.
Las aneuploidías son muy diversas, aunque la mayor parte de ellas provocan la muerte del niño en el vientre o al poco tiempo de nacer, también hay otras en las cuales la persona tiene amplias expectativas de vida a pesar de las dificultades que implica. Una de las aneuploidias más conocidas es el Síndrome de Down, se presenta cuando hay un tercer cromosoma 21 y genera un grado de discapacidad cognitiva y posibilidades de alteraciones cardiacas, por lo que puede ser el del caso reseñado, y algunos problemas de visión. Sin embargo, las personas con Síndrome de Down son mencionadas constantemente como ejemplo de superación dado que su discapacidad no les ha impedido alcanzar grandes logros. Aún así, el aborto ha popularizado la práctica eugenésica y en España, por ejemplo, el 90% de los niños diagnosticados con Síndrome de Down son muertos antes de nacer.
Aterra ver como los medios de comunicación siguen en su campaña por introducir cultualmente la idea de que ‘matar a alguien pude ser lo mejor para él’. Los dejamos con el testimonio de alguien que les responde en los comentarios al artículo.
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