Bogotá (Miércoles, 13-06-2012, Gaudium Press) La Basílica del Voto Nacional y parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en el centro histórico de Bogotá, amenaza ruina en el mismo año que se celebra el centenario de su construcción, según afirmó su párroco, el P. Darío Echeverry. La declaración fue hecha a El Catolicismo, órgano informativo oficial de la Arquidiócesis de Bogotá. El templo es de gran significado, pues era el lugar en el cual se renovó anualmente la Consagración oficial de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús desde 1912 hasta 1994.
La Basílica fue construida como monumento nacional en memoria de la Consagración Oficial hecha para pedir a Dios el final de las guerras civiles y la unidad del país. Cada una de las regiones realizó aportes para su construcción y los altares laterales del templo conservan los nombres de los diferentes departamentos en los cuales se dividía el territorio nacional.
El estado actual del Voto Nacional es lamentable y "de franco deterioro". La escacez de fieles se suma al decaimiento material y, para muchos, su situación se compara a la de la Consagración, declarada inconstitucional en 1994, y la de la paz que buscaba, en un país inmerso en un conflicto armado interno.
El P. Echeverry explicó que el deterioro del templo fue producto de la degeneración del sector. Con la llegada de una terminal de transportes en 1970, el barrio comenzó a presentar problemas de seguridad y se convirtió en un foco de actividades inmorales y delictivas. Posteriormente, se fue transformando en el punto de encuentro de los drogadictos, con la connivencia de las autoridades.
"La gente ya tenía temor de pasar, esto llevó a que los recursos se recortaran", explicó el P. Echeverry, quien explicó que la falta de mantenimiento adecuado afectó gravemente la construcción. "Una parte del techo se estaba cayendo", narró. "Nos golpeó de una manera dramática el invierno tan fuerte que tuvimos hace dos años. (...) Logramos proteger, gracias a Dios todos los óleos del Maestro Acevedo Velázquez". Estos óleos cubren interiormente la bóveda central y son de gran valor artístico.
La Basílica no ha sido declarada monumento histórico nacional, motivo por el cual no se ha podido acceder a las partidas presupuestales públicas que garantizarían las obras de reparación. "Con aportes de personas particulares, de Adveniat, de la Fundación del Papa, de la Comunidad Claretiana y de la Arquidiócesis de Bogotá se hizo la intervención de lo más grave que teníamos", expresó el párroco. "Falta la reparación formal y estructural de todo el techo, además de revisar el sistema hidráulico y luego lo que es la restauración en sí".
La supervivencia del templo depende del avance de un Plan de Manejo y Protección y de los compromisos adquiridos por varias entidades públicas. Mientras tanto, la parroquia ha llamado a la colaboración de los fieles de la Arquidiócesis para conservar el símbolo por excelencia de la Consagración de un país que durante muchos años se ha calificado a sí mismo como "el país del Sagrado Corazón".
Con información de El Catolicismo
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